En su primera conferencia de prensa desde que se recuperó del COVID-19 y un día después de que su pareja dio a luz a un bebé, Johnson ofreció esperanzas a los británicos, pero les instó a cumplir las restricciones aplicadas para ralentizar la propagación del virus.
No obstante, Reino Unido tiene ahora la segunda cifra oficial más alta de muertes por el COVID-19 en Europa, con más de 26,000 fallecidos.
Esta situación ha aumentado la presión sobre el gobierno por su respuesta a la pandemia y está elevando la precaución a la hora de levantar las restricciones a los movimientos, para evitar que se produzca un rebrote.
El Reino Unido comenzó el miércoles a incluir en su balance las muertes por coronavirus ocurridas en hogares, residencias de ancianos y otros centros, por lo que las cifras se dispararon situándolo como segundo país más afectado de Europa, por detrás de Italia.
Acusado de haber reaccionado tarde a la pandemia y haber dudado en ordenar el confinamiento, finalmente anunciado el 23 de marzo, Johnson se encuentra ahora bajo fuerte presión para explicar cuándo y cómo el país relajará las medidas debido al aumento del desempleo y los problemas que están sufriendo muchas empresas.
Johnson se mostró cauteloso y pidió paciencia: "es vital que no perdamos el control y nos apresuremos a una segunda montaña aún más alta", dijo en referencia a una nueva ola de contagios.