Para impedir que Trump impusiera aranceles a todas las importaciones mexicanas, México firmó hace un año un acuerdo por el que Estados Unidos devuelve a su territorio a los indocumentados que llegan a la frontera común y solicitan asilo en el país del norte, para que esperen allí durante meses a que se resuelvan sus trámites.
Trump visitó este martes Yuma para inspeccionar una parte de la barrera fronteriza construida en esa localidad, una de sus principales promesas de campaña y un tema que ha tensado la relación con México, aunque mucho menos bajo el gobierno de López Obrador que durante el anterior de Enrique Peña Nieto.
Los acuerdos migratorios con México, Guatemala, Honduras y El Salvador, que han disminuido el flujo de migrantes hacia Estados Unidos, sumados a su decisión de negar la entrada al país a todos los solicitantes de asilo debido a la pandemia, han "prevenido una catástrofe de coronavirus en la frontera sur", afirmó Trump.
"Sin estas medidas, la frontera sur sería un epicentro global de la transmisión del virus", agregó el presidente, a pesar de que Estados Unidos ya es el país del mundo con más casos de coronavirus y de que el estado fronterizo que visitó, Arizona, está experimentando un repunte notable de los contagios por COVID-19.