Además de la caída libre de la economía y de los indicadores sociales, los argentinos ingresan a la etapa de aceleración de las muertes y contagios con un sistema de salud que empieza a exhibir fragilidades en varias regiones del país. Sin suficientes elementos de bioseguridad e higiene, Argentina es uno de los países latinoamericanos con más contagios en el personal sanitario. De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, hasta el 24 de junio 3.652 profesionales se habían infectado de coronavirus, y 19 de ellos fallecieron.
En ese marco, si bien la mayoría de la población continúa respaldando las medidas sanitarias, los niveles de apoyo vienen registrando una sostenida tendencia declinante. Según la consultora Giacobbe & Asociados, mientras en abril el 72,5% de la población aprobaba el manejo de la crisis del coronavirus realizada por el gobierno, esa proporción cayó al 52,1% en junio.
"En las primeras semanas Argentina fue puesta como un modelo de gestión de la pandemia en la región; hoy, ya no", dice Debbag. "Hubo un inicial éxito sanitario, pero el resultado final todavía no lo sabemos: si la curva de contagios se aplana en los actuales niveles, finalmente el resultado será positivo, pero, lamentablemente, no es lo que pienso que vaya a ocurrir en las próximas semanas".
El martes, la Organización Panamericana de la Salud dijo que Argentina alcanzará el pico de curva de contagios hasta agosto, en caso de mantenerse las condiciones actuales.