"Y si vos me preguntas si es que la mayoría de la gente en Nicaragua que votó por Daniel Ortega no cree que el abuso sexual ocurrió, yo te diría que no estoy de acuerdo. El abuso sexual está tan normalizado en sus propias familias que no lo ven como un defecto de caracter lo suficientemente fuerte para que el sea presidente", aseguró la también socióloga.
Encontrar una voz propia
Antes de iniciar la producción de documentales, Leonor Zuñiga se había dedicado de cuerpo entero a los estudios sociológicos, lo cuál le ayudó a comprender cómo funciona el mundo. En el cine encontró una manera en que esas investigaciones pudieran llegar a más personas.
Por ello, a pesar de saber que la película le costaría el exilio, decidió seguir la producción, porque sentía que tenía algo importante que decir.
"Me encantaría vivir en un sistema demócratico mínimo donde sea normal hacer cine y sea normal cuestionar al poder, pero mientras eso no ocurra, yo siento que mi rol es seguir haciendo films que sigan cuestionando al poder para lograr las transformaciones que necesitamos", aseguró.
Para lograr contar este tipo de historias, Zuñiga cree que hay dos pasos indispensibles: encontrar una voz propia y creer en ella.
"A mí me costó todo un tiempo encontrar que el cine era el camino que yo quería seguir y me tomó otro tiempo encontrar cuál era la perspectiva del cine que yo quería hacer. Ahí me di cuenta que quería hacer un cine desde el punto de vista de las mujeres", explicó la directora y productora.