Hanna tocó tierra en la tarde del sábado en la Isla Padre como un huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson de cinco niveles y posteriormente volvió a tocar tierra en el Condado Kenedy, Texas.
Se trató del primer huracán registrado en el Atlántico en 2020.
Los poderosos vientos volcaron al menos tres camiones de 18 ruedas y un vehículo recreativo, por lo que grúas que intentaban levantarlos el domingo, y cerró un tramo de dos millas de la Ruta 77 en Sarita, Texas, cerca de la frontera con México.
En Port Mansfield, los vientos arrasaron campos de caña de azúcar y derribaron árboles. Ciervos caminaban por las calles y se detenían para masticar las ramas que habían caído en los patios de casas modestas, algunas de las cuales habían perdido su techo.
En un momento, más de 283,000 casas y negocios quedaron sin electricidad, pero la cifra había disminuido a 230,000 en la tarde del domingo, según poweroutage.us.
Algunos residentes locales aprovecharon el mal tiempo, como Alejandro Carcano, de 16 años, y Jesse Garewal, de 18, ambos residentes de Galveston, para surfear en medio de la marejada ciclónica provocada por Hanna.
La Casa Blanca aprobó la declaración de emergencia por desastre en Texas.
La tormenta seguiría perdiendo fuerza mientras avanza por Texas y el noreste de México y meteorólogos cancelaron el domingo la advertencia de marejada ciclónica que habían emitido para la costa de Texas.