La población de Auckland estará confinada por al menos tres días desde el miércoles y se reimpondrán algunas medidas de distancia física en el resto del país.
Phil Goff, el alcalde de la ciudad más poblada del país —con 1.7 millones de habitantes— dijo que entiende que "nadie quería volver al confinamiento, pero siempre supimos que era una posibilidad real", y admitió que entiende que la gente esté un poco "asustada", "enfadada" y "confundida".
El gobierno de Nueva Zelanda impuso a finales de marzo una de las cuarentenas más estrictas del mundo por la pandemia de la COVID-19, lo que le permitió retornar a la práctica normalidad el 9 de junio tras considerar que había conseguido eliminar al virus.
El anuncio de los nuevos casos se produce en medio de una campaña electoral que comenzó el pasado sábado para unas elecciones generales que se celebrarán el 17 de septiembre y que estarán marcadas por las medidas de seguridad por la pandemia.
La primera ministra no quiso hoy responder a si el distanciamiento social que vuelve a imperar en parte del país podría tener impacto el día de los comicios.
"No quiero especular sobre ese asunto", dijo Ardern, que parte como clara favorita para renovar su puesto al cargo del Ejecutivo.
Precisamente, una de las principales bazas de la primera ministra, que asumió el cargo en octubre de 2017 y gobierna en coalición con los partidos New Zealand First y el Partido Verde, ha su sido su hasta ahora exitosa gestión de la crisis de la COVID-19 en su país, con cierre de total de fronteras y estrictas medidas de contención.
Con información de AFP y EFE