"Lograr 100 días sin contagios en la población es un paso importante, sin embargo, como todos sabemos, no podemos permitirnos la más mínima negligencia", dijo el director de Salud, Ashley Bloomfield.
Nueva Zelanda, con cinco millones de habitantes, ha registrado 1,219 casos confirmados de coronavirus desde febrero, el último diagnosticado se remonta al 1 de mayo. La enfermedad ha causado 22 muertos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó a este país como un ejemplo para todo el mundo gracias a la erradicación del virus.
"Hemos visto en el extranjero lo rápido que el virus puede resurgir y propagarse en lugares donde antes estaba bajo control, y debemos estar preparados para frenar rápidamente cualquier nuevo caso en el futuro en Nueva Zelanda", agregó, Bloomfield.
Nueva Zelanda cerró las fronteras el 19 de marzo. Las mantiene bajo control: cualquier persona que llegue al país debe observar una cuarentena de 14 días.
Además, el país implementó a finales de marzo una de las cuarentenas más estrictas del mundo, lo que le permitió retornar a la práctica normalidad desde el 9 de junio, después de anunciar la eliminación del virus.
Los neozelandeses han vuelto a un modo de vida casi normal, sin distanciamiento social y con público autorizado en eventos deportivos y culturales.