Pero a algunos científicos les preocupa que agregar "presión evolutiva" al patógeno mediante el despliegue de lo que podría no ser una vacuna totalmente efectiva podría empeorar las cosas.
"Una protección que no sea completa podría proporcionar una presión de selección que impulse al virus a evadir los anticuerpos que hay, creando cepas que luego evaden todas las respuestas de la vacuna", dijo Ian Jones, profesor de virología en la Universidad de Reading de Reino Unido. "En ese sentido, una mala vacuna es peor que ninguna vacuna".
Los desarrolladores de la Sputnik-V, así como sus patrocinadores financieros y las autoridades rusas, dicen que la vacuna es segura y que dos meses de ensayos en humanos a pequeña escala han demostrado que funciona.
Pero los resultados de esos ensayos no se han hecho públicos, por lo que muchos científicos occidentales se muestran escépticos y advierten contra su uso hasta que se hayan superado todas las pruebas y los obstáculos regulatorios internacionales.
Las pruebas masivas de la potencial vacuna de Rusia para lograr la aprobación del regulador nacional se realizarán en más de 40,000 personas y serán supervisadas por un organismo extranjero cuando comiencen la próxima semana, se informó el jueves.
"Uno quiere estar seguro de que la vacuna sea eficaz. Realmente no sabemos eso (sobre la vacuna Sputnik)", dijo Kathryn Edwards, profesora de pediatría y experta en vacunas en la división de enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt en Estados Unidos.