Según puntualizó, los casos están subiendo de "un nivel relativamente bajo" pero "se están incrementando ahora de manera exponencial".
Esos comentarios van en línea con las advertencias del titular de Sanidad, Matt Hancock, que dijo que si los jóvenes no se adhieren a las pautas marcadas para contener la propagación del virus, el país podría experimentar una segunda oleada.
Hancock anunció este martes restricciones en bares y restaurantes de Bolton, al noreste de Inglaterra, entre ellos reducción de las horas de apertura, y la prohibición a sus habitantes de reunirse con personas con las que no compartan hogar.
Con 120 positivos por cada 100,000 personas, el "aumento muy significativo" en los casos registrado en la localidad de Bolton, cerca de Mánchester, es ahora el más alto del país, afirmó el ministro de Sanidad.
Esto "se debe en parte a los contactos sociales de veinteañeros y treintañeros, lo sabemos por los rastreos", aseguró ante el parlamento, y precisó que el "sistema permitió identificar un número de pubs en los que el virus se ha propagado significativamente" en esa localidad.
Determinado a evitar otro confinamiento nacional de catastróficas consecuencias económicas, el gobierno británico opta por imponer restricciones locales al tiempo que intenta incentivar el retorno a la actividad en zonas del país donde los contagios son bajos.
Pero sus detractores afirman que esta política ha exacerbado el número de infecciones ya que los jóvenes en particular van a los populares pubs sin respetar las consignas de distanciamiento social.
País más castigado de Europa, con más de 41,500 muertes confirmadas por COVID-19, el Reino Unido ha visto en los últimos días aumentar sus infecciones diarias, con 2,420 registradas el martes, y el número de nuevos fallecidos, 30 en las últimas 24 horas aunque los decesos se produjeron a lo largo de tres o cuatro días.
Con información de AFP y EFE