La niebla, habitual en estas fechas en esta parte del estado, había estado ausente durante las últimas jornadas, pero este miércoles regresó con intensidad y dejó unos cielos como nunca antes se recuerdan, sin apenas luz a pleno mediodía y de un anaranjado casi rojo que a su vez "tintaba" todo lo demás, dejando postales tan bonitas como terroríficas.
La razón por la cual se da este fenómeno es porque la niebla y el aire frío provenientes del océano impiden que el humo (impulsado por aire caliente) llegue al suelo, y lo mantienen en una capa superior de la atmósfera —paradójicamente, la calidad del aire este miércoles es mejor de en las últimas jornadas—, y este a su vez se encarga de tapar la luz solar.
"Los cielos anaranjados de esta mañana son el resultado del humo de los incendios forestales en el aire", dijeron los funcionarios de calidad del aire de la Bahía de San Francisco en un tuit.
"Estas partículas de humo dispersan la luz azul y solo permiten que la luz amarillo-naranja-roja llegue a la superficie, haciendo que los cielos se vean anaranjados".
A medida que el humo se vuelve espeso en algunas áreas, bloquea la luz solar y oscurece los cielos, explicaron los funcionarios.
Los cielos oscuros que bloquean el sol enfriaron las temperaturas en lo que históricamente ha sido el año más cálido en San Francisco.