Trump, quien fue trasladado el viernes al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Bethesda, Maryland, difundió el sábado un vídeo de cuatro minutos en el que decía que la “verdadera prueba” sobre su estado de salud vendría en los próximos días.
“Dentro de unos días supongo que será la verdadera prueba, así que veremos qué pasa en esos próximos días”, dijo Trump mirando a cámara, luciendo un aspecto cansado y usando una chaqueta y camisa de cuello abierto.
Ayer sábado la salud del empresario se volvió prácticamente un misterio, después de una serie de mensajes confusos provenientes de la Casa Blanca.
Las diferentes evaluaciones de la salud de Trump por parte de los responsables de la administración no dejaron claro cuán enfermo estaba el presidente desde que dio positivo en la prueba del coronavirus el jueves por la noche.
Un equipo de médicos de la Casa Blanca dijo ayer por la mañana que el estado de salud Trump estaba mejorando y que ya se estaba hablando de volver a la Casa Blanca.
En cuestión de minutos, el jefe de personal de la Casa Blanca, Mark Meadows, explicó a los periodistas una valoración menos optimista, diciendo: “Los signos vitales del presidente en las últimas 24 horas fueron muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas en términos de su cuidado. No nos encontramos todavía en un camino claro hacia una recuperación completa”.
Meadows, cuyos comentarios iniciales fueron realizados a condición de que no fuera identificado, alteró su tono horas más tarde, diciendo a Reuters que Trump lo estaba haciendo “muy bien” y que “los médicos están muy contentos con sus signos vitales”.
Meadows no aclaró la discrepancia en sus comentarios. Un asesor de Trump que habló bajo condición de anonimato dijo que el presidente no estaba contento al enterarse de los comentarios iniciales de Meadows.
Los funcionarios de la Administración han descrito el traslado a Walter Reed como una medida de precaución y dijeron que Trump se quedaría varios días.
Sin embargo, en una entrevista con Fox News transmitida el sábado por la noche, Meadows reveló que el estado de salud de Trump el viernes era mucho peor de lo que los responsables habían hecho público, diciendo que los médicos recomendaron al presidente ir al hospital después de ver que tenía fiebre y su nivel de oxígeno en la sangre había bajado rápidamente.
El doctor de la Casa Blanca, Sean P. Conley, dijo el sábado a los periodistas fuera del hospital que Trump no había tenido problemas para respirar, y que no se le había dado oxígeno en Walter Reed.
Conley declinó dar un calendario para la posible alta de Trump del hospital, y posteriormente tuvo que emitir un comunicado diciendo que se equivocó al parecer sugerir que Trump había sido diagnosticado del nuevo virus el miércoles.
En un comunicado remitido del sábado por la noche, Conley dijo que el presidente “aún no está fuera de peligro” pero que su equipo se mantenía cautelosamente optimista.
Un vuelco en el camino a la presidencia
El contagio de Trump ha dado un vuelco a la campaña electoral antes de las elecciones presidenciales de noviembre y ha puesto de relieve la gestión de la pandemia por parte del presidente, que va a la zaga de su rival demócrata Joe Biden en las encuestas de opinión.
Una encuesta de Reuters/Ipsos publicada este domingo mostró que Biden habría ampliado una ventaja de 10 puntos sobre Trump a nivel nacional, un poco más amplia de lo que ha sido en los últimos dos meses.
Alrededor del 65% de los estadounidenses dijeron que Trump probablemente no se habría infectado si se hubiera tomado el virus más seriamente, una opinión que la mitad de los republicanos registrados encuestados también apoyaron. El 55% dijo que no creía que Trump hubiera dicho la verdad sobre el virus.
Trump ha minimizado repetidamente la amenaza de la pandemia, incluso cuando ha causado la muerte de más de 208.000 estadounidenses y ha golpeado a la economía de los Estados Unidos.
En un tuit el domingo por la mañana, Trump dijo “¡Muchas gracias!”, refiriéndose a los grupos de seguidores que se reunieron el sábado por la noche fuera del hospital Walter Reed ondeando las banderas de la candidatura de Trump a la reelección.