Miles de personas fueron llevadas a albergues en Centroamérica, mientras los gobernantes de la región acordaron formar un frente común para solicitar recursos internacionales que les ayuden a hacer frente a los daños causados por los dos huracanes.
Honduras, Nicaragua y Guatemala realizan evacuaciones desde la semana pasada, y el huracán afecta también a Panamá y a la isla colombiana de Providencia, que quedó incomunicada.
Al menos una persona murió en Providencia donde destruyó cerca del 98% de su infraestructura, según informó el presidente colombiano, Iván Duque, en Twitter.
La temporada de huracanes en el Atlántico ha batido récords. Iota es la decimotercera de las 30 tormentas con nombre registradas este año que alcanza la categoría de huracán, lo que obligó a usar el alfabeto griego.
En la comunidad caribeña de Tocoa, en Honduras, rescatistas ayudan a evacuar a cientos de personas que quedaron atrapadas por las crecidas del río Aguán que se desbordó e inundó varias viviendas.
La región de mayor riesgo en ese país es la productiva valle de Sula, en las cercanías de San Pedro Sula, situada 180 km al norte de la capital, donde murieron la mayoría de las 64 personas fallecidas con la tormenta Eta.
El Salvador y Panamá también declararon alerta roja en anticipo de los efectos de Iota.
Ante el doble embate de huracanes, los presidentes de Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica clamaron el lunes por ayuda de la comunidad internacional para reconstruir sus países, durante un encuentro virtual.
El presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, presente en la cita, propuso reenfocar 2,500 millones de dólares del ente "para restablecer infraestructura, represas y construcción de vivienda social".
Con información de AFP, EFE y Reuters