El huracán causó también severos destrozos en las casas e infraestructura de Bilwi, cabecera del Caribe Norte nicaragüense, sobre todo en comunidades costeras. Las comunidades más afectadas son Wawa y Karata, al sur de Bilwi, donde viven 4,000 personas. Todas las casas de esas comunidades "desaparecieron", comentó Kevin González, un voluntario socorrista.
Los indígenas miskitos de la zona viven de la pesca y la agricultura y se teme que haya desaparecidos, según el gobierno regional.
En Panamá murieron cinco personas, incluyendo tres niños, por derrumbes que sepultaron dos viviendas en la provincia de Chiriquí, limítrofe con Costa Rica, informó el Sistema Nacional de Protección Civil.
En El Salvador, donde seguían las lluvias que provocaron 26 derrumbes en carreteras, la comisionada presidencial jefa de gabinete, Carolina Recinos, informó que se habían evacuado 1,190 personas y 20 fueron trasladadas a albergues. También se han registrado inundaciones en Panamá.
El impacto de Eta en la región recuerda al huracán Mitch, que con categoría 5, dejó una estela de muerte y destrucción en Centroamérica, con mayores daños en Honduras, donde dejó alrededor de 6,000 muertos, pérdidas económicas por más de 4,000 millones de dólares, más de un millón de damnificados y muchos desaparecidos.
El cambio climático produce un aumento de temperatura en las capas superficiales de los océanos, lo cual genera huracanes y tormentas más poderosos y con mayor cantidad de agua, constituyendo una amenaza más peligrosa para las comunidades costeras, según estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Con información de Reuters, AFP y EFE