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Las pymes usan la creatividad para sobrevivir en Israel, la 'startup nation'

Los sectores turístico y restaurantero en el país de Medio Oriente viven una crisis debido a los confinamientos y a la falta de apoyos estatales suficientes y oportunos.
vie 22 enero 2021 05:02 AM
regreso a vida normal covid
Actualmente, siguen las restricciones en lugares públicos, como uso de cubrebocas o presentación de certificado de vacunación.

En las últimas décadas, Israel se ganó el apodo de Startup Nation gracias al éxito global de su sector de la alta tecnología y a la fórmula detrás de ese fenómeno: una mezcla local que combina la audacia, el descaro y la inventiva. Pero el año de la pandemia de coronavirus mostró que esa misma fórmula la pudieron aplicar también las pequeñas empresas que se mantuvieron a flote, a fuerza de creatividad, a pesar del duro golpe que sufrió la economía nacional.

Es verdad que hay sectores que quedaron al borde del knock out, como los grandes centros comerciales, los pequeños negocios de artículos no esenciales y, en particular, el turismo. Israel venía de marcar un récord de recepción de turistas con la llegada de 4.5 millones de viajeros en el 2019. En 2020 el flujo se desmoronó por razones obvias, sin hoteles en operación, ni aviones llegando desde el extranjero debido a las restricciones de movimientos y el aislamiento social.

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En cambio, el sector de alta tecnología mantuvo una marcha avasalladora, impulsado por los buenos vientos del acuerdo de paz con los Emiratos Árabes Unidos y el auge de todo lo relacionado con internet y redes gracias —también en este caso— del aislamiento social que mantuvo a millones de personas en casa cumpliendo los protocolos anti-coronavirus.

Las startups israelíes recaudaron 10,600 millones de dólares en capitales de inversión durante el 2020, el año de la pandemia, un volumen superior incluso a los 8,300 millones del 2019, según estimaciones elaboradas por el periódico económico Globes,

Algunos nombres de posibles unicornios del futuro cercano incluyen a Bizaboo, una plataforma de conferencias y eventos online que recolectó 138 millones de dólares en diciembre del 2020; la compañía de seguridad en la nube Wiz, que recaudó 100 millones también en diciembre, y BigID, dedicada a la protección de datos , con una recolección de 70 millones,

Todos estas compañías confirman que la inminente "nueva normalidad" que dejará atrás el COVID-19 significó buenos negocios para las empresas israelíes emergentes del campo de la tecnología informática.

Innovación en otros sectores

Más allá de los reflectores que iluminan el escenario central de la startup nation, muchos pequeños y medianos empresarios israelíes escribieron interesantes historias de supervivencia que ponen en evidencia el valor de la inventiva, la fuerza motora de la necesidad —a veces de la desesperación— y que merecen ser contadas.

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Una de ellas tiene como protagonista a Luis Cruz, un oaxaqueño que ya es un personaje estable del mundo gastronómico de Jerusalén, adonde hace pocos años se instaló con un restaurante de comidas originarias de su país.

Luis ya había mostrado su ingenio hace cinco años, cuando recolectó el capital necesario para abrir su negocio (unos 40,000 dólares) gracias a una campaña de crowdfunding en Kickstarter que ofrecía a los donantes comidas "a futuro" y reuniones de degustación de delicias mexicanas.

Tacos Luis —como se llama el local, a pocas cuadras de los muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén— se hizo muy popular en poco tiempo y el futuro era color de rosa. Hasta que llegó la pandemia.

"El COVID-19 fue algo que obviamente no esperábamos, como tampoco nadie en todo el mundo lo esperaba, y menos las pequeñas empresas como nosotros, que estábamos apenas empezando", le contó Luis al sitio web informativo IsraelEconomico.

El peor momento, recordó el empresario mexicano, fue la primera cuarentena de distanciamiento social, que en Israel se impuso en marzo del 2020. "Nos afectó demasiado", confesó.

Con el local obligatoriamente cerrado, "buscábamos la manera de llegar a las personas, a las familias que estaban pidiendo comida", señaló. Se trataba de "una situación que nadie sabía cómo controlar, cómo llevarle la corriente”.

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Junto con Leah, su esposa israelí, Luis apostó finalmente por un sistema de entregas a domicilio, pero con una vuelta de tuerca. "Decidimos organizar la entrega a domicilio de los tacos con los ingredientes por separado", para evitar que llegarán húmedos o desarmados a sus clientes.

"Fue idea de mi esposa empezar a empacar todo por separado: las tortillas, la comida, el guacamole, y que la gente se pudiera armar un taco en casa", confesó Luis, según el cual, con el nuevo sistema, "nos empezó a ir muy bien”.

Un asunto de todos

Desde la otra ciudad principal de Israel, Tel Aviv, el dueño de un coqueto y conocido hotel boutique también encontró una fórmula para, al menos, recortar las pérdidas y atrincherarse a la espera del fin de la pandemia.

El empresario, que habló con Expansión pero pidió no dar a conocer su nombre, aprovechó que las habitaciones de su hotel son del estilo apartamento, equipadas con una pequeña cocina, para alquilarlas por mes. Gracias a su excelente ubicación, el edificio —que debió permanecer prácticamente cerrado durante varios meses porque no llegaban visitantes al país— es ahora el hogar permanente de varios israelíes.

Crítico del gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, el hotelero no dejó pasar la oportunidad para quejarse del sistema de subvenciones estatal, que llegó a muchos empresarios tarde y son un monto monetario insuficiente, a su juicio.

A otros empresarios, en cambio, pareció servirles el apoyo estatal. Entre ellos algunos que fueron beneficiados por el plan "Everybody's Business" (que, en este caso, se puede traducir por "es un asunto que nos atañe a todos"), promovido por la oficina del presidente de Israel, Reuven Rivlin, y la filial local de Facebook.

El programa entrenó a varias decenas de pequeños empresarios para ayudarlos a reinventarse y posicionarse mejor frente a las consecuencias de la pandemia. Uno de ellos fue Ofer Zrihan, dueño del restaurante Mama Diali de Bat Yam, una barriada popular justo al sur de Tel Aviv.

"Abrimos el restaurante hace diez años, y marzo del 2020 fue una catástrofe", resumió Zrihan. "Mi negocio estaba marchando, la gente venía, se sentaba y comía, era una especie de restaurante de trabajadores", continuó. Pero, "de repente, todo quedó en silencio, fue espantoso, ya nadie vino y no había nadie con quien hablar al respecto", afirmó.

Zrihan escuchó sobre "Everybody's Business" y decidió sumarse. La solución había estado frente a sus ojos todo el tiempo. "Antes del programa no estaba online. Me inscribí, subí mi negocio a internet y fue una sorpresa, de repente estaba haciendo entregas y ahora todo está creciendo", celebró Zrihan.

Hablando hace pocos días durante la presentación de los casos de éxito del programa patrocinado por Facebook y el gobierno, Rivlin señaló que "recuperar la economía y al sector privado es realmente 'asunto de todos'". El presidente se refería así a otro de los ingredientes de la fórmula del éxito en Israel: la solidaridad en tiempos de crisis.

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