Allen indicó en su articulo que la efectividad del cubrebocas no solo tiene que ver con la capacidad de filtración de cada material, sino que debe quedar a la medida de cada usuario. “Un cubrebocas con un buen conjunto de filtros no servirá de mucho si tu respiración puede escaparse por los lados o la parte superior”.
La OMS aún recomienda el uso de mascarillas médicas para los grupos vulnerables a la enfermedad, como los mayores de 60 años y las personas con enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer y obesidad.
En cambio, el resto de la población puede usar mascarillas higiénicas de tela. El organismo recomienda, para esos casos, que el cubrebocas cuente con mínimo tres capas de protección: la capa interna, que debe ser de un material absorbente como el algodón, una capa intermedia de material no absorbente ni tejido, como el propileno y una capa exterior de material no absorbente, como poliéster.
"Al elegir una mascarilla de tela, compruebe la filtración, la respirabilidad y el ajuste. Debe mantenerse cómodamente con un mínimo ajuste utilizando bandas o cintas elásticas", aconseja la OMS.
Los CDC de Estados Unidos también cuentan con una recomendación similar. "Si su mascarilla ya tiene varias capas, no es necesario aplicar una doble mascarilla", dijo a Reuters dijo el doctor Raed Dweik, presidente del Instituto Respiratorio de la Clínica Cleveland.
¿En qué orden deben usarse las capas?
Cuando se usa una doble mascarilla, el doctor Charles Holmes, director del Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Georgetown, recomendó a la agencia Reuters usar la más efectiva en el interior.
Por ejemplo, se debe usar la mascarilla quirúrgica sobre la mascarilla KN95 o la mascarilla de tela sobre la mascarilla quirúrgica.
Sin embargo, el mayor consejo de Holmes es simplemente cubrirse la cara, sin importar cómo se vea. "El mejor cubrebocas es una que se usa de manera constante y adecuada", afirmó.
Con información de Reuters