En caso de que se alcance la mayoría necesaria para imputar a Trump, algo que hoy parece lejano, el caso quedaría en manos de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que cuenta con una mayoría conservadora y con tres jueces designados por Trump. Pero eso, como sucedió en el caso de sus intentos de revertir la elección, puede no significar mucho.
"Los jueces no necesariamente están casados con proteger a quien los nombró, en todo caso están más preocupados por quien los pueda destituir. Si habría una mayor posibilidad de llevar esto por la vía de los tribunales normales, aunque ya eso dependerá del cálculo que haga el Partido Demócrata en el poder", señaló Calleros.
Incluso, en caso de que el Senado, como todo indica, vota en contra de declarar culpable a Donald Trump de insurrección, los demócratas pueden llevar el caso ante un tribunal común después.
Ya que el delito de insurrección no prescribe, los demócratas “pueden dejar pasar un par de años y luego presentar el caso, si creen que eso lo amerita, pues llevarlo a cabo de manera inmediata parecería má una venganza política que un intento de mantener los pesos y contrapesos, que es el principal mérito de juzgar al presidente”, dijo Calleros.
El investigador indicó, sin embargo, que los demócratas tiene además un objetivo más con su proceso contra Trump y es sentar un precedente para que ningún otro presidente cometa una acción similar a la de Donald Trump.
"Senadores, este no puede ser nuestro futuro", dijo el representante demócrata Jamie Raskin, implorando a la Cámara Alta que no disponga la llamada "Excepción de enero" que permitiría a un presidente estadounidense evitar el castigo en las últimas semanas de su mandato.
"Este no puede ser el futuro de Estados Unidos".
Con información de AFP