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París vuelve a confinarse para frenar la tercera ola del COVID-19

París y otras regiones de Francia comenzarán una nueva cuarentena para intentar detener los contagios del coronavirus, que tienen a los hospitales al borde del colapso.
jue 18 marzo 2021 05:44 PM
Al borde del colapso
En la región de París las unidades de cuidados intensivos están ya al 102% de su capacidad.

Francia confinará por tercera vez París y otras regiones a partir de este viernes a medianoche y durante al menos un mes para intentar aplacar una tercera ola de coronavirus que tiene a los hospitales al borde del colapso.

Los negocios no esenciales volverán a cerrar sus puertas y se restringirán los desplazamientos en las regiones afectadas, pero las escuelas permanecerán abiertas y se autorizará el ejercicio al aire libre en un radio de 10 kilómetros alrededor del domicilio.

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El Ejecutivo ha identificado las zonas más afectadas, donde impone un cierre perimetral: se trata de la región de París —con 12 millones de habitantes—, la de los Altos de Francia —donde se encuentra la ciudad de Lille—, en el norte, los Alpes Marítimos, en la costa Mediterránea, y la Seine Maritime y el Eure, en el noroeste.

El gobierno francés, convencido de que el virus se contagia menos en lugares abiertos, buscará reducir al máximo las reuniones en los lugares cerrados.

Para favorecer las salidas al aire libre, que el Ejecutivo considera esenciales para mantener el equilibrio psicológico de la población, el primer ministro anunció que el inicio del toque de queda se retrasará en todo el país una hora, hasta las 7:00 pm.

Al borde del colapso

Francia mantendrá además el cierre de bares, restaurantes, locales de ocio, teatros, museos y cines vigente desde finales de octubre de 2020.

En total, 110,000 establecimientos estarán cerrados en las zonas afectadas, aunque con la novedad de que librerías y tiendas de discos podrán seguir abiertas.

Estas medidas tomadas por "al menos cuatro semanas", podrían extenderse a otras regiones si la situación se deteriora, advirtió el primer ministro francés, Jean Castex.

También se reducirá a la mitad el alumnado de los institutos, aunque las escuelas seguirán funcionando con normalidad, indicó Castex, quien evitó al máximo pronunciar la palabra "confinamiento”.

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El primer ministro lanzó un enésimo llamamiento a generalizar el teletrabajo, para reducir los contagios en las empresas, que representan el 29% del total.

"Todas las empresas y administraciones que puedan" tendrán que impulsar "al máximo" el teletrabajo para ponerlo en marcha "al menos cuatro de cada cinco días".

Sin embargo, el jefe del gobierno reconoció que las medidas adoptadas hasta ahora no han logrado doblegar el avance de la pandemia, que atenaza el sistema hospitalario, pero alertó también de las consecuencias de un confinamiento severo, como los adoptados en marzo y noviembre de 2020.

Desde hace unas semanas, los hospitales, sobre todo de la región parisina, se encuentran al borde del colapso, lo que llevó a las autoridades a evacuar a pacientes graves hacia otros territorios menos afectados y suspender una parte de las operaciones no urgentes.

En la región de París las unidades de cuidados intensivos están ya al 102% de su capacidad.

La tasa de contagios reportados en los últimos siete días en la capital y sus alrededores llegó a 418 por cada 100,000 habitantes, muy por encima del llamado umbral de "alerta máxima" de 250 decidido por las autoridades de salud.

"Seamos claros, estamos en una tercera ola sobre todo por el aumento de esta famosa variante británica”, considerada más contagiosa, dijoEmmanuel Macron a última hora del miércoles tras una jornada de consultas con personal médico y alcaldes de la región capitalina.

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Esta supone tres cuartos de los casos actuales y tiene peores consecuencias en los pacientes, que están saturando las unidades de cuidados intensivos a razón de uno cada cuatro minutos.

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Una tercera vía

"Estamos adoptando una tercera vía, una vía que debería permitir frenar sin encerrar", dijo Castex en una rueda de prensa transmitida en directo por televisión, en la que detalló una nueva estrategia de cuarentena híbrida para frenar la progresión de la epidemia.

Castex consideró este dispositivo como "pragmático, proporcionado y territorializado" y lo contrapuso a los de otros países, como Alemania, que lleva tres meses de cierre duro, o Italia, que está a punto de decretar un cuarto confinamiento.

El primer ministro defendió la "vía francesa" frente al virus, con medidas "indispensables, pero equilibradas" que permiten "frenar el virus sin cerrar el país".

El Ministerio de Economía cifró el impacto de estas medidas en 0.2 puntos del PIB, lo que sumado a 1,200 millones de euros en ayudas a los sectores más afectados tendrá un coste de 7,200 millones para las arcas públicas.

Castex aseguró que un confinamiento duro desde enero, como hizo Alemania, habría desembocado en muchos meses de cierre, que hubieran sido prolongados por la llegada de la cepa británica.

Fe en la vacuna

Al tiempo, el gobierno francés mantiene su confianza en la vacuna para superar la crisis y, tras la opinión favorable de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), señaló que a partir de mañana se reanudará la inyección de AstraZeneca, suspendida desde el pasado lunes.

“Me vacunaré con esta vacuna para demostrar que podemos confiar plenamente en ella”, afirmó Castex.

El gobierno se puso como objetivo haber vacunado a 10 millones de personas para mediados de abril (de una población total de 67 millones).

La campaña de vacunación se acelerará en abril con la llegada de nuevas dosis de todos los laboratorios. A mediados de ese mes deberán estar protegidos todos los mayores de 75 años y los vulnerables de más de 50.

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En mayo se espera haber inyectado a todos los mayores de 50 años, 20 millones de personas, para llegar a mediados de junio al objetivo de dos tercios de la población de más de 18 años, 30 millones de franceses.

Hace casi exactamente un año, Emmanuel Macron ordenó un primer confinamiento nacional en Francia, que fue de los más estrictos del mundo, seguido de un segundo a finales de octubre.

Pese a esto, más de 91,000 personas han muerto en Francia por el COVID-19, según el recuento oficial.

Con información de AFP y EFE

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