El país sudamericano ha conseguido vacunas a cuenta gotas, pues apenas ha recibido unas 700,000 dosis —500,000 donadas por el fabricante chino Sinopharm y el resto de la vacuna rusa Sputnik V— en momentos que el gobierno asegura que el aumento en el número de casos se debe principalmente a la presencia en el país de la variante P1 del virus descubierta en Brasil.
Pero en lugar de privilegiar al personal sanitario, las dosis han sido aplicadas entre los políticos aunque lo anunciado por el gobierno establecía que los trabajadores de los hospitales serían los primerísimos en vacunarse.
La vacunación del personal que trabaja en la llamada primera línea de combate continúa en medio de un silencio gubernamental que impide conocer el número de sanitarios protegidos. Hasta hoy, el gremio médico ha contabilizado 379 trabajadores muertos, una cuarta parte del total oficial de fallecidos en la nación.
Los diputados —el 92% oficialistas—, obtuvieron su inyección de la Sputnik V la primera semana de vacunación, cuando el poco fármaco disponible aún no había llegado a todas las regiones.
Nicolás Maduro dijo en días anteriores que Venezuela está abierta a fármacos de otros países y logró recientemente un acuerdo para la compra de 12 millones de dosis a través del mecanismo COVAX, un lote que se estima llegue a finales de mayo, excluyendo la AstraZeneca.
El mandatario refirió que al país ingresarán solo las vacunas que sean aprobadas por las autoridades e institutos científicos locales.
Con información de AFP.