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La política de hijo único hizo de China un país envejecido

Desde 2016, Beijing permitió a los ciudadanos chinos tener hasta dos hijos para evitar los riesgos económicos que una población longeva suele traer. Ahora ha elevado el límite a tres hijos.
mar 01 junio 2021 05:04 AM
En cinco años, China ha enterrado su política de hijo único. En 2016, Beijing la sustituyo por un límite de dos hijos para evitar los riesgos para su economía derivados del rápido envejecimiento de la población. Ahora ha permitido que las familias tengan un tercer hijo.
La política del hijo único dijo lugar a esterilizaciones forzadas y a abortos selectivos por razón de sexo que agravaron el desequilibrio de género, ya que muchos preferían hijos varones.

En cinco años, China ha enterrado su política de hijo único. En 2016, Beijing la sustituyó por un límite de dos hijos para evitar los riesgos para su economía derivados del rápido envejecimiento de la población.

Pero no ha sido suficiente para detener el descenso de nacimientos en China. A principios de este mes, un censo que se realiza una vez por década mostró que en los últimos diez años la población creció a su ritmo más lento desde los años 50, hasta los 1,410 millones, lo que alimentó la preocupación de que China envejeciera antes de hacerse rica.

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También despertó las críticas sobre cómo el gobierno chino esperó demasiado para abordar el descenso de los nacimientos.

"Un paso en la dirección correcta, pero sigue siendo un poco tímido", dijo a Reuters Shuang Ding, economista jefe de Standard Chartered en Hong Kong. "Debió aplicarse una política de natalidad totalmente liberalizada hace al menos cinco años, pero ahora es demasiado tarde, aunque más vale tarde que nunca".

El Politburó también indicó que retrasaría gradualmente la edad de jubilación, pero no dio detalles.

Los demógrafos advirtieron del riesgo de una evolución a la japonesa o a la surcoreana, con una disminución de la población y un exceso de personas mayores en relación con los jóvenes y la población económicamente activa.

China dejará de ser el país más poblado del mundo más rápido de lo previsto

La disminución de la tasa de fertilidad y una mayor esperanza de vida han provocado que los mayores de 60 años supongan ya el 18.7 % de la población total en China, y se prevé que la cifra aumente al 28% en 2040, según la Organización Mundial de la Salud.

A finales del año pasado se impusieron multas de 130,000 yuanes (20,440 dólares) por tener un tercer hijo, según un aviso gubernamental en la ciudad de Weihai.

Este es un repaso a cuatro décadas de política familiar en el país más poblado del mundo.

La política del hijo único

A finales de los años 1970, los dirigentes chinos descubrieron con estupor que la población del país roza los 1,000 millones de habitantes, casi el doble que en 1949, cuando los comunistas llegaron al poder (969 millones en 1979 frente a 540 millones treinta años antes).

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Ante el temor de una explosión demográfica, China implantó en 1979 su política de hijo único, que frenó el crecimiento de la población, pero también dio lugar a esterilizaciones forzadas y a abortos selectivos por razón de sexo que agravaron el desequilibrio de género, ya que muchos preferían hijos varones.

La política también fue criticada por las consecuencias que ha tenido en la evolución sociológica del país: la generación de los "pequeños emperadores" ha crecido sin saber lo que es tener un hermano o una hermana, primos, tíos y tías.

El número de nacimientos se hundió: la tasa de fecundidad (el número de hijos por cada mujer en edad de procrear) cayó a 1.6 a finales de los años 1990, mientras que en 1970 era de 5.9. Beijing aseguraba que gracias a su política se evitaron 400 millones de nacimientos.

La primera apertura

A pesar del riesgo de envejecimiento de su población, el régimen comunista dudó a la hora de liberalizar su política, por miedo a provocar una explosión demográfica. Al final, en 2013, autorizó a tener dos hijos a aquellas parejas cuyos dos componentes sean hijo único.

Pero dos años después, solo 1.45 millones de parejas habían presentado una solicitud para tener un segundo hijo, es decir, apenas un 15% de la población que podía servirse de la medida.

En 2016, Beijing decidió autorizar que todas las parejas puedan tener dos hijos. Pero el coste de la educación es alto, los apartamentos son pequeños y, con la evolución del estilo de vida y las costumbres, los chinos cada vez se casan más tarde y se divorcian más. La natalidad no despega.

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Pero esa nueva política no fue suficiente para reactivar la natalidad en caída libre por varias razones.

En 2020, la cifra de nacimientos cayó por cuarto año consecutivo, con 12 millones frente a los 14,65 de 2019, mientras que la tasa de fertilidad quedó en 1.3 hijos por mujer, por debajo del 2.1 estimado por Naciones Unidas para mantener una población estable.

Entre esos motivos por los cuales esta medida no fue bastó está la disminución de los matrimonios, el aumento del costo de la vivienda y la educación, la fertilidad más tardía de las mujeres que privilegian su carrera profesional, exceso del número de hombres en relación con las mujeres.

"Personalmente, no quiero hijos, ni siquiera uno", igual "entre mis amigas", dijo a la AFP una mujer de 27 años de la provincia de Zhejiang (este), que se identificó como Wendy.

El año pasado, el número de nacimientos cayó incluso a 12 millones, su nivel más bajo desde 1961.

Un estudio publicado a principios de este año por académicos de la Universidad de Hangzhou descubrió que la política de dos hijos favorecía a las parejas más ricas que ya tenían un hijo y eran "menos sensibles a los costes de la crianza", al tiempo que aumentaba los costes de la atención y la educación de los niños y desalentaba a los padres primerizos.

Tres hijos por familia, ¿y los incentivos?

El 31 de mayo de 2021, el Partido Comunista anunció que las familias podrán tener tres hijos, tres semanas después de que se publicara el censo decenal (2020) que puso de manifiesto un envejecimiento rápido de la población.

Ye Liu, especialista en desarrollo internacional del King's College de Londres, dijo a la AFP que la nueva política tiene "pocas posibilidades" de éxito porque el gobierno "pone la responsabilidad del envejecimiento de la población sobre las familias sin compromisos financieros concretos".

La investigadora asegura que "en China existen todavía prácticas misóginas generalizadas, como que haya empresas que exijan a las mujeres no quedarse embarazadas a la vez. O que al regresar de su maternidad muchas queden marginadas y sin oportunidad de progresar".

"Hace falta legislar si se quiere que las mujeres tengan más bebés y que además también trabajen", acota.

También es necesario, agrega, que el país aumente el gasto en primera infancia, que "es apenas del 0.4 % del PIB".

Según el Ministerio de Educación chino, solo alrededor del 4.71% de los niños admitidos en guarderías en 2019 tenía menos de 3 años, muy por debajo del promedio de la Unión Europea, del 35%.

Usuarios de las redes sociales reaccionaron hoy con escepticismo a las medidas y muchos anticiparon que las parejas simplemente no se pueden permitir más hijos dados los altos precios inmobiliarios y de la educación, además de por las interminables jornadas laborales.

Muchas parejas tienen que recurrir a los abuelos para que se hagan cargo de sus hijos ante la imposibilidad de pagar guarderías: "Una familia trabajadora no puede contratar a una niñera que cuesta unos 6,000 yuanes al mes, lo que representa más de la mitad de sus ingresos", comentaba recientemente una madre al periódico South China Morning Post.

Con información de AFP y EFE

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