Desde el jefe de la diplomacia alemana a la presidencia francesa, numerosas capitales europeas criticaron el rechazo de la UEFA a permitir que el estadio de Múnich, que albergará el partido de esta noche, se ilumine con los colores arcoíris de la comunidad LGBT.
Al denegar a la ciudad de Múnich su solicitud para iluminar su estadio con los colores arcoíris, la UEFA desencadenó las críticas y suscitó un movimiento de solidaridad en Alemania.
Para tratar de calmar la tempestad, la UEFA, organizadora de la competición que se desarrolla en 11 ciudades de diferentes países, reafirmó su "firme compromiso" contra la homofobia y vistió en Twitter su logo con los colores arcoíris.
El presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, trató de defenderse de las críticas denunciando iniciativas "populistas" de personas que "intentan demasiado a menudo utilizar a asociaciones deportivas para sus propios fines”.
Sin atacarlo frontalmente, podría referirse al alcalde de Múnich, el socialdemócrata Dieter Reiter. Él fue quien solicitó iluminar el Allianz Arena, antes de denunciar un rechazo "vergonzoso" de la UEFA.
El ayuntamiento de la capital bávara lucía en dos pisos de su fachada seis grandes banderas arcoíris, mientras que un imponente aerogenerador visible desde el estadio será iluminado por la noche.
Varios estadios de la Bundesliga serán también iluminados con el arcoíris esta noche, de Fráncfort a Colonia, pasando por Wolfsburgo, Augsburgo y el Estadio Olímpico de Berlín.
Un historial de restricciones anti LGBT
Desde que llegó al poder en 2010, el gobierno de Orbán ha adoptado varias leyes que limitan los derechos LGTB+ y algunos políticos oficialistas han lanzado públicamente mensajes homófobos.
En la Constitución de 2011, aprobada por el ejecutivo de Orbán gracias a su mayoría de dos tercios en el Parlamento, se determina que el matrimonio es únicamente la unión de un hombre y una mujer.
El presidente del Parlamento, László Kövér, llegó a comparar a las parejas homosexuales que quieren adoptar con pedófilos.
El propio Orbán dijo tras prohibir la adopción de hijos por parte de parejas del mismo sexo que "Hungría es un país tolerante y paciente con la homosexualidad, siempre que dejen en paz a nuestros hijos".
Y en mayo de 2020, en plena pandemia del coronavirus, el Gobierno húngaro aprobó una ley que prohíbe a los transexuales cambiarse de nombre una vez realizado el cambio de sexo.