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¿Misión cumplida en Afganistán? EU aún no gana la guerra contra el terrorismo

Joe Biden asegura que el objetivo de la intervención militar en en el país de Asia central ya había sido alcanzado, pero el yihadismo transnacional sigue con fuerza.
mié 01 septiembre 2021 04:52 PM
Soldados talibanes hablan entre ellos en Kabul, Afganistán, dos días después del retiro de Estados Unidos del país.
Al Qaeda, la organización yihadista que cometió los atentados del 11 de septiembre, ha mantenido una relación cercana con los talibanes.

El objetivo de la guerra en Afganistán se ha cumplido. O al menos así lo aseguró el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un mensaje a Estados Unidos para justificar el retiro de las tropas del tras 20 años de intervención.

"Compatriotas estadounidenses, la guerra en Afganistán ha terminado", declaró Biden en un discurso a la nación desde la Casa Blanca, luego del fin de la intervención militar tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.

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Al Qaeda, una organización yihadista encabezada por Osama Bin Laden, se adjudicó la autoría de los atentados, que provocaron la muerte de más de 3,000 personas.

Estados Unidos “trabajará” con los talibanes, si cumplen sus promesas

Según Biden la razón de la intervención militar en Afganistán jamás fue acabar con el régimen, de los talibanes, sino impedir que volvieran a cometerse atentados terroristas en Estados Unidos.

“¿Recuerdan por qué fuimos a Afganistán en primer lugar? Porque fuimos atacados por Osama Bin Laden y Al Qaeda el 11 de septiembre de 2001, y estaban basados en Afganistán. Llevamos la justicia a Bin Laden el 2 de mayo de 2011, hace más de una década. Al Qaeda fue destruido”, aseguró el presidente.

¿Esto quiere decir que la guerra contra el terrorismo ha terminado? De acuerdo con diversos especialistas, este objetivo aún está muy lejos de ser cumplido.

“Lograron matar a Osama Bin Laden, pero si el objetivo era acabar con el yihadismo transnacional, es un fracaso total”, dijo a la agencia AFP Abdul Sayed, politólogo de la Universidad de Lund.

El terrorismo no el igual que en 2001

Es cierto que Estados Unidos no ha sido víctima de un atentado terrorista similar a los del 11 de septiembre, pero terminar con la “amenaza terrorista” era un objetivo “inalcanzable”, considera Assaf Moghadam, investigador del Instituto Internacional de Contraterrorismo de Israel (ICT).

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Incluso el mismo Biden reconoció el martes que el mundo ahora es muy distinto al que era en 2001 y que la amenaza terrorista se ha extendido alrededor del mundo.

"Esto es un nuevo mundo. La amenaza terrorista se ha propagado a través del mundo, mucho más allá de Afganistán. Enfrentamos amenazas del Al Shabaab en Somalia, los afiliados de Al Qaeda en Siria y en la península arábica, y el Estado Islámico intentado crear un califato en Siria e Irak, y estableciendo filiales en África y Asia".

El Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington estimó en 2018 que el número de grupos activos —67— estaba en su nivel más alto desde 1980. En cuanto al número de combatientes, varía, según las fuentes recopiladas por el CSIS, entre 100,000 y 230,000. Esto supone un aumento del 270% en comparación con las estimaciones de 2001.

Aunque las cifras pueden ser discutibles, la tendencia no lo es.

A la vista de los gastos generados —probablemente más de un billón de dólares sólo para los estadounidenses en Afganistán— el balance es desastroso y se cometieron errores, según los analistas.

Entre los errores más graves, se cita habitualmente el derrocamiento del régimen iraquí de Sadam Husein en 2003. Esto "permitió que Al Qaeda resucitara, lo que sentó las bases para la creación del Estado Islámico", explicó a la AFP Seth Jones, experto en terrorismo del CSIS.

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La amenaza terrorista tiene muchos rostros

Más allá, los expertos describen una estrategia que favorece la confrontación, sin tomar suficientemente en cuenta el caldo de cultivo del yihadismo, como la guerra, el caos y la corrupción.

"Conflictos como el de Siria pueden movilizar y radicalizar a miles de combatientes en un corto lapso de tiempo", afirma Tore Hamming, investigador del Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.

"Uno de los mecanismos más fuertes para evitar el reclutamiento de militantes islamistas es ofrecer a la gente mejores alternativas. Las armas no hacen eso", añade.

Veinte años después del 11-S, el panorama ha cambiado totalmente. El yihadismo era monocéfalo, encarnado por Al Qaeda, ahora es bicéfalo, con la aparición del grupo Estado Islámico.

El alcance geográfico de la amenaza yihadista también ha cambiado. Antes, los grupos estaban presentes en Medio Oriente, pero ahora están activos también en toda África, la mayor parte del mundo árabe y el sur y sureste de Asia.

“Ya no estamos hablando de un pequeño número de personas que deben ser incluidas en una lista de vigilancia. La amenaza ha hecho metástasis. Hay más regímenes, en zonas dispersas, que se enfrentan al extremismo violento”, dijo el especialista del ITC.

África se ha convertido en la nueva frontera del yihadismo entre el Sahel y el Magreb, Somalia y Libia, Mozambique y la República Democrática del Congo (RDC). Una expansión que suena a fracaso.

El frente de la yihad "se ha trasladado de Oriente Medio a África", apunta Brenda Githing'u, analista antiterrorista basada en Johannesburgo. Para ella, Occidente ha sido incapaz de "anticipar la aparición de un nuevo campo de batalla y de tener en cuenta el potencial de África en términos de una nueva yihad".

El orden mundial también ha cambiado. El 11-S proclamó de la noche a la mañana al terrorismo islamista como el "enemigo número uno" de Estados Unidos y sus aliados. Desde entonces, han aumentado las tensiones con Irán, Rusia y China.

Con información de AFP

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