Ese estado fue escenario del incendio del 'Verano Negro' que mató a 34 personas, calcinó más de 5,000 edificaciones y 186,000 kilómetros cuadrados de terrenos, y afectó a 3,000 millones de animales, entre ellos 60,000 koalas que perecieron en las llamas o tras huir de ellas.
"Los terribles incendios de 2019-20 contribuyeron, por supuesto, a este resultado, pero no son ciertamente la única razón por la que vemos un declive en las poblaciones de koalas", explicó la directora de la AKF, Deborah Tabart, en un comunicado al mencionar otros factores como las sequías, las olas de calor o la falta de acceso al agua.
La deforestación, en favor de la ganadería, el desarrollo urbano y la minería, también contribuye al declive de la población de koalas, especialmente en los estados de Nueva Gales del Sur y el vecino Queensland, de acuerdo a este informe.
El koala, que en lengua aborigen significa "sin beber", es un animal muy delicado y especialmente sensible a cualquier cambio en el medio ambiente, permanece unas 20 horas al día dormitando o descansando, y utiliza las cuatro horas restantes para alimentarse con hojas de unas pocas decenas de especies de eucaliptos.
El 'sida' de los koalas, un retrovirus que acelera su desaparición
Gran parte de la población de koalas (Phascolarctos cinereus), del este de Australia es diezmada por el retrovirus (KoRV), llamado el sida de esta especie y que predispone a sus ejemplares a contraer la clamidia y otras patologías.
"El KoRV y las enfermedades asociadas suponen otra amenaza que afrontan los koalas, junto al cambio climático y la pérdida de sus hábitats", dijo el experto en química y bio-ciencia molecular Keith Chappell en un comunicado del la Universidad de Queensland.