"Pensé que alguien me estaba haciendo una broma. Estaba desayunando con mi mujer. Normalmente, me dice 'mira tu teléfono por si alguien te llama de Suecia' pero hoy no hizo la broma", explicó el investigador del Instituto Max-Planck, con sede en la región del Ruhr.
List (Fráncfort, Alemania, 1968), se preguntó si realmente se necesitaba una enzima completa para obtener un catalizador. Para ello probó si un aminoácido llamado prolina podría catalizar una reacción química. "Funcionó de manera brillante", constataron los miembros de la academia sueca.
MacMillan (Bellshill, Reino Unido, 1968) por su parte, trabajó con catalizadores metálicos que se destruían fácilmente con la humedad. Se preguntó si podría desarrollar un tipo de catalizador más duradero utilizando moléculas orgánicas simples. "Uno de estos demostró ser excelente en catálisis asimétrica".
La secuenciación de nueva generación de ADN, los nanocristales, la "química clic" (que conecta dos moléculas entre sí imitando el proceso natural), el llamado "marco metálico-orgánico" o los pioneros de las vacunas ARN mensajero contra el COVID-19 sonaban este año entre los posibles ganadores.
El año pasado, este galardón fue otorgado a la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna, dos geneticistas que investigaron sobre las "tijeras moleculares", un avance "revolucionario" para modificar los genes humanos.
Según el organismo especializado Clarivate, que mantiene una lista actualizada de candidatos científicos al premio, más de 70 investigadores podían aspirar al laurel de química este año.
El premio de Literatura será anunciado el jueves por la Academia Sueca y el de la Paz se dará a conocer el viernes en Oslo. El de Economía, el de más reciente creación, se otorgará el lunes.
A causa de la crisis sanitaria, por segundo año consecutivo los laureados recibirán el premio en su país de residencia, aunque todavía hay esperanza de que el galardonado con el de la Paz pueda recogerlo en Oslo.
Con información de AFP y EFE.