"Viena lleva más de cien años construyendo sus propias viviendas", dice la vicealcaldesa de la capital, la socialdemócrata Kathrin Gaál, al explicar una tradición política comprometida con el convencimiento de que la vivienda "es un derecho fundamental".
Precios limitados
El Ayuntamiento es actualmente el mayor propietario de inmuebles de Austria. Más del 60% de sus 1.8 millones de ciudadanos vive en pisos "de protección oficial", con alquileres limitados y contratos indefinidos, lo que ejerce un efecto amortiguador en los precios de todo el mercado, explica Gaál.
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En los 220,000 pisos municipales el alquiler bruto (con gastos comunes) es de 7 euros por metro cuadrado, según datos de la mayor asociación de arrendatarios de Viena, la Mietervereinigung.
Junto a otros 200,000 pisos subsidiados —de 7.90 euros el metro cuadrado—, el sector protegido supone cerca del 43% del total de las viviendas de la ciudad (algo más de 900,000).
Ninguna otra capital europea tiene porcentualmente más viviendas sociales, que para Gaál son "el mayor apoyo para la clase media: una red de seguridad hacia abajo y un trampolín hacia arriba".
Rentar es bárato, pero comprar es caro
El "Índice Inmobiliario" de la consultora Deloitte de este año sitúa los alquileres vieneses entre los más bajos de Europa a pesar de que la ciudad está considerada entre las de mejor calidad de vida del mundo y una de las más caras de Europa.
El alquiler medio de 8.65 euros por metro cuadrado contrasta con el de París (28.60 euros), Londres (26.07 euros), Múnich (16.80 euros) o Barcelona (16.70 euros).
En cambio, Austria aparece en la lista del estudio como el país más oneroso para comprar inmuebles, encarecidos en el último año casi un 6%, hasta mediar 4,457 euros el metro cuadrado.
Obra nueva y en renovación
El geógrafo urbano Justin Kadi, profesor de la Universidad Técnica de Viena, precisa que en la política de vivienda intervienen tanto la administración local como la central, y que es un sistema con "muchos tornillos de ajuste".
Entre otros aspectos, destaca que se gastan "más de 600 millones de euros anuales en subvenciones para garantizar la provisión de viviendas asequibles".
Según Gaál, las inversiones se destinan tanto a la construcción de vivienda nueva como a la renovación de edificios antiguos. Actualmente, 24,000 viviendas se están construyendo o planificando.
Con sus pisos repartidos en todos los barrios, incluso en los más exclusivos, el Ayuntamiento siempre buscó la integración social y evitar guetos. En ellos viven no solo las capas más desfavorecidas de la población, sino que están pensadas también para familias de trabajadores.
El ingreso máximo que se exige para acceder a una de ellas es ahora de 47,740 euros (neto) por persona.
Cada vez menos accesibles
Pese a todo, Viena, cuya población aumenta a un ritmo medio de 25,000 personas por año, no escapa a la especulación inmobiliaria, con el encarecimiento de los alquileres y la gentrificación que conlleva, aunque estos procesos son más lentos que en otras partes.
Desde 2009, los alquileres han subido un 47%, más del doble que la tasa de inflación en el mismo periodo (21%).
En el sector privado el aumento es del 55 %, según la Mietervereinigung, cuya presidenta, Elke Hanel-Torsch, estima que los precios que se piden hoy están muy sobrevalorados.
"Si vas a una inmobiliaria, te ofrecen alquileres de entre 12,60 y 19,30 euros el metro cuadrado, con contratos limitados a 3 años", señala a Efe.
El deterioro se debe también al estancamiento de los ingresos reales, precisa Kadi, mientras que la duplicación del valor del terreno dificulta la edificación de nuevas viviendas sociales.
En reacción a esta situación, en 2018 se introdujo una ley para que en las recalificaciones para promociones de más de 5.000 metros cuadrados, dos tercios de las viviendas se dediquen a fines sociales con alquileres netos limitados a 5 euros por metro cuadrado.