Más carbón, petróleo y gas
Los gobiernos proyectan colectivamente un aumento en la producción mundial de petróleo y gas, y solo una modesta disminución en la producción de carbón, durante las próximas dos décadas, lo que conduciría a "niveles de producción futuros muy por encima de limitar el calentamiento global".
Los países del G20 han destinado casi 300,000 millones de dólares en fondos adicionales a los combustibles fósiles desde el comienzo de la pandemia, mucho más de lo destinado a energías limpias, por lo que el PNUMA reclama restricciones a la exploración y extracción fósil para evitar niveles de suministros de combustibles incompatibles con los objetivos climáticos.
La ONU advierte sobre los peligros que los gases de efecto invernadero provocan
Asimismo, la ONU urge a los gobiernos a poner fin a los subsidios y otros tipos de apoyo a la producción de combustibles fósiles, orientando las ayudas hacia el desarrollo con bajas emisiones de carbono.
En la misma línea, el PNUMA aboga por una "transición justa, equitativa y eficaz" que requerirá de un mayor apoyo internacional para los países que dependen de la producción de combustibles fósiles y tienen una capacidad financiera e institucional limitada.
¿Qué hace México ante el cambio climático?
El Acuerdo de París se firmó en 2015 y busca limitar el calentamiento global a no más de 2 grados centígrados, mitigando las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Cada nación que suscribió este acuerdo se comprometió a crear un documento llamado 'Las contribuciones determinadas a nivel nacional' (NDC por sus siglas en inglés). El propósito es el de encarrilar los esfuerzos de cada país para reducir sus emisiones nacionales y frenar los efectos del cambio climático.
México presentó su primera NDC en 2015. En ella, se comprometió de manera no condicionada —mediante recursos propios— a la reducción del 22% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y del 51% de las emisiones de carbono negro para el año 2030. A finales de diciembre de 2020, México presentó su NDC actualizada, que debería ser más ambiciosa que la anterior. Sin embargo, el nuevo instrumento se limita a refrendar los compromisos de mitigación asumidos en 2015 .
Más aún, el escenario 'Business as usual' (BAU) —un escenario tentativo en el cual no hay políticas de mitigación y que sirve de línea base para las acciones climáticas— fue ajustado al alza, con un nivel total de emisiones para 2030 superior al indicado en la primera NDC. Así lo determinó el Climate Action Tracker (CAT), un análisis científico independiente que hace un seguimiento de la acción climática de los gobiernos y la compara con lo pactado mundialmente en el Acuerdo de París.
De acuerdo con en el análisis CAT, “un nivel de emisiones más alto en 2030 reduce efectivamente la ambición de mitigación del país, incluso si los objetivos de reducción se mantienen sin cambios”.
Por su falta de ambición, la NDC actualizada de México fue catalogada como “altamente insuficiente” dentro del ranking del CAT. Ello significa que los compromisos adoptados por el país “no son en lo absoluto consistentes con mantener el calentamiento [global] por debajo de 2°C […]”.
Organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ( PNUMA ) y la Comisión Europea han hecho hincapié en la necesidad de que México aumente su ambición de mitigación, sobre todo en el sector energético, aquel que contribuye más a la crisis climática y donde existen mayores oportunidades para reducir emisiones a corto y largo plazo.
En cuanto al componente de adaptación, la NDC actualizada de México incluye soluciones climáticas basadas en la Naturaleza. Sin embargo, la inclusión de ese tipo de acciones no es suficiente para tener el nivel de ambición requerido para enfrentar la crisis climática y cumplir con el objetivo del Acuerdo de París.