El Departamento de Comercio restringió entonces las exportaciones de caracter sensible a la Academia de Ciencias Médicas Militares y 11 de sus institutos de investigación por su trabajo biotecnológico, que incluye presuntas "armas de control cerebral", aseguró el texto.
Grupos de derechos humanos han reportado una vigilancia sin precedentes a los uigures, de mayoría musulmana, en la región de Xinjiang, que incluye seguimientos de ADN y operaciones de inteligencia artificial para reconocer y monitorear rostros.
"No podemos permitir que tecnologías y software estadounidense que apoya la ciencia médica y la innovación biotecnológica sea desviado a usos contrarios a la seguridad nacional", dijo Raimondo.
Activistas, testigos y el gobierno de Estados Unidos dicen que más de un millón de uigures y otros musulmanes permanecen cautivos en campos de concentración en un intento de desarraigarles de sus tradiciones islámicas y asimilarlos por la fuerza.
Beijing describe estos sitios como centros de entrenamiento vocacional y asegura que su objetivo es reducir el riesgo de que se esparza el radicalismo islámico, tras una serie de ataques mortales.