El presidente ruso, Vladimir Putin, amenazó la semana pasada con medidas "militares y técnicas" si sus reivindicaciones no eran escuchadas.
En respuesta a una revolución prooccidental, Rusia ya se anexionó en 2014 parte de Ucrania, la península de Crimea. También se la acusa de patrocinar a los separatistas prorrusos que desde entonces combaten al gobierno de Kiev en el este del país.
La reunión bilateral del 10 de enero tendrá lugar en el marco del diálogo estratégico de seguridad lanzado por los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin durante su cumbre de Ginebra en junio pasado.
Aunque este formato está destinado principalmente a renegociar tratados de control de armamento nuclear pos Guerra Fría, las discusiones girarán también sobre la situación en la frontera ruso-ucraniana, indicó un alto responsable del gobierno estadounidense que también pidió el anonimato.
También las reuniones con la OTAN y la OSCE deberán abordar la cuestión ucraniana.
Exigencias "inaceptables"
En un movimiento que rompe el carácter generalmente confidencial de las discusiones diplomáticas, Rusia presentó recientemente dos proyectos de tratados para impedir toda ampliación de la OTAN y para terminar con las actividades militares occidentales cerca de las fronteras rusas.
Washington dijo estar "dispuesto a discutir" estos documentos, señalando que incluían "algunas cosas que los rusos sabían inaceptables".
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Todo acuerdo con Rusia tendrá en cuenta los intereses ucranianos, señaló el lunes el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
"Nada que incumba a nuestros aliados y socios" será negociado "sin nuestros aliados y socios, incluida Ucrania", insistió.
La identidad de las personas que participarán en las negociaciones del 10 de enero no ha sido revelado por ninguna de las dos partes.