"No volveré a salir de casa"
Yevhen Spirin es un periodista ucraniano que tuvo que huir de su ciudad natal de Lugansk a Kiev en primavera de 2014, después de que las fuerzas rusas y los separatistas locales tomaran el control de la ciudad.
"Sabían que yo apoyaba (la revolución del) Maidán. Unas personas se me acercaron, me subieron a un carro, me llevaron al río y me dijeron que tenía 24 horas para huir", cuenta.
Ahora teme tener que abandonar su nuevo hogar en Kiev.
"Estoy tratando de mantener la calma porque creo que es parte del plan de (el presidente ruso, Vladímir) Putin: poner nerviosos a los ucranianos. No estoy empacando las maletas, solo tengo algo de efectivo, documentos y medicamentos listos", dijo Spirin a EFE.
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De médico a miembro de defensa territorial
"Se necesitarán trabajadores médicos en caso de una nueva invasión rusa de Ucrania", dice a su vez Iryna Yosypenko, cirujana con más de 20 años de experiencia en un hospital de Kiev.
En 2014 Yosypenko se ofreció como médica voluntaria durante las protestas del Maidán y ayudó a tratar a los manifestantes heridos. Luego, cuando comenzó la guerra en el Donbás, Iryna se unió a la Guardia Nacional de Ucrania como médica.
Debido al deterioro de salud, Iryna tuvo que dejar el Ejército en 2018. Pero cuando Rusia comenzó a acumular tropas en la frontera con Ucrania a fines de 2021, decidió unirse a las unidades de defensa territorial para apoyar la resistencia en su ciudad.
"Empecé a asistir a unos simulacros y me di cuenta de que aún puedo hacer muchas cosas. Ahora estoy en reserva, pero si Rusia ataca, volveré a primera línea de frente como médico", asegura.