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La "finlandización", ¿la neutralidad será la solución a la crisis de Ucrania?

Esa política de permitió que Finlandia impidiera una invasión soviética y la entrada del país al bloque del Este durante la guerra fría.
jue 10 febrero 2022 05:03 PM
Militares ucranianos revisan la nota.
Rusia ejerció un control sobre la política exterior y militar de Finlandia durante la Guerra Fría.

La "finlandización", neutralidad impuesta por Rusia a Finlandia durante la Guerra Fría, es una pista controvertida para resolver la crisis en Ucrania, cuya mención irrita aun en el presente a Helsinki.

Las declaraciones atribuidas a Emmanuel Macron en el sentido de que hace "parte de los modelos" evocados para solucionar la crisis, han causado reacciones, aunque el presidente francés negó haber utilizado el término.

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El precedente de preservar sus fronteras dando a su poderoso vecino el derecho de intervenir sobre asuntos estratégicos, tiene ecos en la situación actual en Ucrania, pero una solución similar podría ser inaceptable para el gobierno ucraniano, según expertos.

Neutralidad bajo control

Tras una primera guerra (1939-1940) provocada por la invasión de la Unión Soviética y luego una segunda a partir de junio de 1941 donde Finlandia combatió al Ejército rojo al lado de la Alemania nazi, Finlandia y la URSS firmaron un armisticio en 1944 y luego un acuerdo de paz en París en 1947.

En el nuevo contexto de la Guerra Fría y de la cortina de hierro se firmó un "tratado de amistad" el año siguiente.

En virtud del acuerdo, los dirigentes finlandeses aceptaron quedarse fuera de la cooperación militar occidental, especialmente la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) recientemente creada.

Se aplicaron especialmente en los medios políticas autoritarias que buscaban hacer desaparecer el sentimiento antisoviético en las esferas políticas y culturales finlandesas.

Rusia ejerció un control sobre la política exterior y militar de Finlandia, impidiendo por ejemplo los acuerdos de protección mutua de su ex provincia en la época zarista (1809-1917) con Suecia y Noruega.

Palabra insultante

Esa política propició evitar la invasión soviética y la entrada del país al bloque del Este, y muchos coinciden en decir que los dirigentes finlandeses no tenían otra opción.

Pero la afrenta a su independencia experimentada por Finlandia es considerada hoy por muchos como un periodo vergonzoso.

"En Finlandia, cuando se dice que alguien está 'finlandizado', es casi un insulto, pues significa que opta más del lado ruso que de Occidente", subraya el ex Primer ministro Alexander Stubb, en una entrevista con la AFP.

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Muchas figuras del mundo político y mediático del periodo son criticados hoy por haber abusado de la autocensura para no molestar al Kremlin.

Tras la caída de la URSS en 1991, Finlandia abandonó su neutralidad para adherir claramente al campo occidental, ingresando a la Unión Europea en 1995 y luego convirtiéndose en socio, aunque no miembro, de la OTAN.

"Éramos un pequeño país entre el yunque y el martillo", subraya el profesor Teivo Teivainen de la Universidad de Helsinki.

"Mucha gente acepta que la 'finlandización' hace parte de nuestra historia", considera. "Pero evocar el término ya sea en referencia a Finlandia o a Ucrania, es una ofensa" para muchos, dice el experto.

"Nuevas situaciones"

La idea de que una "finlandización" de Ucrania pueda resolver las tensiones con Rusia e incluso solucionar el conflicto que dura desde la anexión de Crimea en 2014, provoca vivas reacciones del lado este del báltico.

Para el ex presidente estonio Toomas Hendrik Ilves, "Finlandia no habría sido considerada una democracia" durante el periodo de finlandización.

"No era bueno ver eso", añadió. Mencionó en especial el caso de Urho Kekkonen, poderoso presidente durante 26 años y cuyo mandato fue proplongado por una simple decisión parlamentaria.

"Las viejas palabras para situaciones nuevas funcionan poco", dijo Stubb en Twitter.

Acercamiento entre Rusia y Francia para resolver la crisis en Ucrania

El ex jefe de la diplomacia finlandesa, quien estuvo implicado en las mediaciones para el cese del fuego entre Rusia y Georgia en 2008, rechaza firmemente la idea de que la finlandización pueda representar una vía de salida al bloqueo del asunto ucraniano.

"Ninguna gran potencia, Rusia o cualquier otra, debe decidir sobre la línea a adoptar por Ucrania en materia de su propia seguridad", agregó.

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