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Donbass: una crisis de ocho años entre Ucrania y fuerzas prorrusas

El conflicto en esta región del este ucraniano registra más de 13,000 muertos desde 2014, aunque los acuerdos de Minsk trajeron estabilidad.
mar 01 febrero 2022 05:04 AM
Personas asisten a un funeral de un militante en la región de Donbass, en el este de Ucrania.
El conflicto armado lleva más de 13,000 muertos, 30,000 heridos, 1.4 millones de desplazados y 3.4 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria.

Nada más empezar a hablar, las lágrimas ya corren por sus mejillas. "¿Cómo pudimos matarnos los unos a los otros?", dice a AFP Antonina Zaitseva, una jubilada que vive cerca de la línea del frente, en la región separatista prorrusa de Donetsk, en el este de Ucrania, también conocida como Donbass.

En este barrio suburbano devastado por los bombardeos, los pocos habitantes que no huyeron intentan reconstruirse. Aunque muchos consideran a Rusia como su salvador frente a las tropas ucranianas, muy pocos se alegran de la posibilidad de un nuevo conflicto, con la crisis ruso-occidental sobre Ucrania como telón de fondo.

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Casi todos los días, al amanecer o al atardecer, se oye fuego de artillería y ametralladoras. Para algunos residentes, es el "despertar de la mañana". Para otros, las “celebraciones".

La línea del frente está a menos de dos kilómetros. Entre 2014 y 2015, el distrito, situado en el extremo oeste de la ciudad de Donetsk, capital de los separatistas de la homónima "república popular", fue bombardeado por su proximidad al aeropuerto, escenario de una encarnizada batalla entre las fuerzas ucranianas y prorrusas.

Desde los acuerdos de Minsk de 2015, la línea de frente se estabilizó y los combates han disminuido.

Pero la resolución política del conflicto, que ha dejado más de 13,000 muertos, está estancada.

Esto es lo que sabemos sobre este conflicto, que puede ser clave en el desarrollo de la actual crisis entre Rusia y Ucrania.

La era soviética y las primeras décadas del siglo XX

Para Ucrania, en muchos sentidos, el conflicto en Donbass ha sido una prolongación de su lucha para obtener su independencia de Rusia después de su salida de la URSS.

Desde 1991, Ucrania se posicionó como un país dispuesto a asumir un protagonismo propio y a distanciarse del pasado soviético, tanto que nunca llegó a ratificar los estatutos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), diseñada como mecanismo integrador de repúblicas surgidas de las ruinas de la URSS.

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"Todos sabemos que la actual guerra ruso-ucraniana es una guerra por la independencia de Ucrania”, escribió en 2019 el entonces presidente de Ucrania, Petró Poroshenko.

Otro presidente ucraniano, Leonid Kuchma, publicó el libro Ucrania no es Rusia en 2003, para explicar la diferencia entre la mentalidad de los ciudadanos de ambos países, recuerda la agencia EFE en una nota.

Un año después, la "Revolución Naranja", que frustró un fraude electoral para instalar en la presidencia de Ucrania a Víktor Yanúkovich, un político del este del país, de mayoría rusohablante, y cuya candidatura contaba con el abierto respaldo de Moscú.

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La repetición de las presidenciales dio la victoria a Víctor Yúschenko, un político que reorienta la política de Ucrania hacia la integración con la Unión Europa (UE), que le ofreceun Acuerdo de Asociación inmediatamente después de la guerra ruso-georgiana de agosto de 2008.

A la luz de los acontecimiento en el Cáucaso, el entonces presidente francés, Nicolás Sarkozy, enfatizó que "la integridad territorial de Ucrania es innegociable".

La guerra del Donbass

Cuando el 21 de noviembre de 2013 el entonces presidente Viktor Yanukovich anunció su decisión de posponer la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y se desencadenó por ello la llamada Revolución del Maidán, pocos observadores en Europa podrían imaginar las consecuencias que esto conllevaría.

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Superado por los acontecimientos y las protestas ciudadanas de noviembre, que se saldaron con la muerte de más de cien personas, Yanukovich decidió abandonar el país en febrero. En las elecciones anticipadas que se celebraron en mayo la victoria fue para Petro Poroshenko.

Poroshenko apostó claramente por una política de acercamiento a la UE y la OTAN y por un alejamiento y enfrentamiento con la Federación Rusa.

A partir de entonces, los acontecimientos se precipitaron, sobre todo en la cuenca del Donestk (conocida también como Donbass), una región histórica, cultural y económica del este de Ucrania, fronteriza con Rusia y poblada en su mayoría por habitantes de origen ruso.

El resultado, por el momento, es un conflicto armado que se ha cobrado ya más de 13,000 muertos, 30,000 heridos, 1.4 millones de desplazados y 3.4 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria.

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La complicada situación actual de Donbass

En la región, el riesgo de un recrudecimiento es permanente, sobre todo desde que hace unas semanas Rusia desplegó decenas de miles de soldados en la frontera ucraniana, despertando los temores de una invasión.

Incluso en el momento álgido de los combates, Zaitseva, escondida en una bodega, no abandonó su calle donde, según ella, "chechenos, cosacos y voluntarios rusos" apoyaban a los separatistas.

Para ella, haber sobrevivido es un "milagro". Decenas de sus vecinos murieron.

Cerca del pequeño mercado local se ha erigido una estela en su memoria. Junto a los nombres de los niños depositaron osos de peluche descoloridos que quedaron cubiertos por la nieve.

"A las víctimas civiles de la agresión de la junta de Kiev", indica el monumento, con una fórmula usada para describir al gobierno ucraniano.

Zaitseva está "muy segura" de querer una unión de la región separatista de Donbass con Rusia porque el poder ucraniano ha bombardeado a su propia población. "¿Cómo perdonar eso?", se pregunta.

Desde 2017, el gas y la electricidad volvieron a su barrio. La Cruz Roja aporta materiales para la reconstrucción y distribuye alimentos cada cuatro meses.

Los asesores políticos de los líderes del Formato de Normandía, Rusia, Ucrania, Francia y Alemania, coincidieron en la necesidad de que se cumpla "sin condiciones" el alto el fuego en el Donbás, dijo el 26 de enero el vicejefe de la Administración Presidencial rusa, Dmitri Kozak, quien anunció una nueva reunión en Berlín dentro de dos semanas en la que espera algunos avances sobre el diálogo de paz para el este de Ucrania.

"Tuvimos una conversación difícil, pero quizás fue la primera tan franca para evaluar todos los problemas relacionados con la implementación de los Acuerdos de Minsk" para la paz en el Donbás y la resolución del conflicto en el este de Ucrania.

"Acordamos que, con independencia de las discrepancias sobre los Acuerdos de Minsk entre Ucrania y los representantes de ciertas regiones de Donetsk y Lugansk el alto el fuego debe cumplirse incondicionalmente y que el acuerdo firmado el 22 de julio de 2020 debe aplicarse tanto en la letra como en el espíritu", dijo.

De acuerdo con Kozak, las partes declararon abiertamente que "hay muchas diferencias tanto sobre los Acuerdos de Minsk como en el Formato de Normandía", pero indicaron su deseo de trabajar en la eliminación de esos problemas.

Según el vicejefe de la Administración Presidencial de Rusia, sus homólogos en el Formato de Normandía coincidieron en que el Cuarteto no podrá desempeñar un papel positivo hasta que no se hayan eliminado las diferentes interpretaciones sobre estos acuerdos.

Kozak recalcó que en la reunión de parís no se ha abordado la posibilidad de una nueva cumbre de líderes a cuatro, la última de las cuales fue celebrada en diciembre de 2019 en París y fue la primera entre los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski.

En esa cita se acordaron nueve puntos, entre ellos el intercambio de prisioneros según el principio de "todos por todos", la separación de fuerzas en tres zonas de la línea de contacto y la celebración de elecciones y la concesión de un estatus especial a los territorios separatistas prorrusos.

Apenas ha habido avances en estos acuerdos salvo en el intercambio de presos.

"En lo que se refiere a una cumbre, este tema no se discutió hoy y, en principio, no se está organizando porque existen contradicciones insolubles en el Formato sobre la interpretación de los Acuerdos de Minsk", reiteró Kozak.

"Hoy (el 26 de enero) hubo un diálogo para eliminar esas diferencias y hallar soluciones. Después de que se hallen estas soluciones, estamos seguros de que las decisiones de la cumbre previa serán implementadas. En cuanto sea así, todo el mundo coincide en que será posible reunirse en una cumbre", enfatizó.

Rusia considera que Ucrania incumple los Acuerdos de Minsk y debe sentarse no con Rusia sino con los rebeldes prorrusos a negociar, al considerar que lo que ocurre en el este de Ucrania es una "guerra civil".

Ucrania por contra señala a Rusia como parte violadora de los acuerdos como "Estado agresor" que se anexionó en 2014 la península de Crimea y se metió en el conflicto en el Donbass.

"Ucrania debe entender por sí misma que debe resolver este conflicto, esta guerra fratricida, el conflicto intraucraniano. Es necesario implementar de manera consistente los Acuerdos de Minsk, sin dudar, sin interpretaciones, sin excepciones y sin una aplicación selectiva", sostuvo Kozak.

La última reunión presencial del Formato de Normandía a nivel de asesores políticos tuvo lugar el 12 de enero de 2021 en Berlín. Después los contactos dentro del Cuarteto se celebraron a distancia.

Con información de AFP y EFE

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