La última ocasión en que se empleó esta disposición, que permite recurrir a "medidas extraordinarias", fue durante la crisis de 1970 en Quebec, cuando Pierre Elliott Trudeau, el padre del actual primer ministro, ejercía el gobierno.
"El objetivo de todas las medidas, incluidas las financieras, previstas en la Ley de Emergencias, es hacer frente a la amenaza actual y controlar totalmente la situación", afirmó Justin Trudeau.
"Los bloqueos y las ocupaciones representan una amenaza para nuestra economía y nuestras relaciones con nuestros socios comerciales", dijo.
"No usamos la ley de situaciones de emergencia para llamar al ejército. No limitamos la libertad de expresión de las personas. No limitamos la libertad de expresión pacífica", dijo en respuesta a la oposición, que le reprochaba haber invocado esta ley.
En una carta dirigida el miércoles por la noche a los primeros ministros de las provincias, Trudeau consideró que el movimiento de protestas "amenaza la democracia" y socava "la reputación de Canadá en el extranjero".
Inicialmente minimizadas por las autoridades, las movilizaciones canadienses comenzaron a fines de enero impulsadas por camioneros que protestaban contra la obligación de vacunarse para cruzar la frontera con Estados Unidos.
Pero las protestas abarcaron luego el conjunto de las medidas sanitarias y, para numerosos manifestantes, fueron ocasión de manifestar su rechazo al gobierno de Justin Trudeau.