Rusia admite 1,351 soldados muertos y retrocede ante avance de ucranianos
El ejército ruso admitió estas pérdidas como parte del inicio de la operación en Ucrania e indicó que Occidente cometió un "error" al entregar armas a Kiev.
Rusia reconoció el viernes que 1,351 soldados de sus filas murieron desde el inicio de su ofensiva militar en Ucrania hace un mes, y acusó a los países occidentales de cometer un "error" al entregar armas a Kiev.
"Durante la operación militar especial, 1,351 militares murieron y 3,825 resultaron heridos", declaró el jefe de Estado Mayor adjunto del ejército, Serguéi Rudskoy, en rueda de prensa. Además, Rusia ha recibido 419,736 refugiados de Ucrania desde el inicio de la operación, según Mijail Mizintsev, director del Centro Nacional de Gestión de la Defensa de Rusia.
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Las tropas ucranianas están recapturando pueblos al este de Kiev y las fuerzas rusas que trataban de tomar la capital están retrocediendo por unas líneas de suministro sobreextendidas, dijo el viernes Reino Unido, en uno de los indicios más fuertes hasta la fecha de un cambio en el impulso de la guerra.
El alcalde de un suburbio al este de Kiev dijo que las tropas ucranianas habían reconquistado un pueblo cercano y que miles de civiles estaban abandonando la zona en respuesta a un llamado de las autoridades para que se apartaran del camino del contraataque.
Después de un mes de asalto, las tropas rusas no han logrado capturar ninguna ciudad ucraniana importante. Una ofensiva que, según los países occidentales, pretendía derrocar con rapidez al gobierno del presidente Volodímir Zelenski, se detuvo a las puertas de Kiev.
Los rusos, en cambio, han bombardeado, rodeado y asediado ciudades, asolando zonas residenciales y expulsando de sus hogares a una cuarta parte de los 44 millones de habitantes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tenía previsto visitar Polonia para conocer de primera mano la crisis de los refugiados, que ha hecho que 3,6 millones de ucranianos huyan al extranjero.
Las líneas de batalla cerca de Kiev llevan semanas congeladas, con dos columnas principales de blindados rusos amenazando la capital desde el noroeste y el este. Sin embargo, en una actualización de los servicios de inteligencia el viernes, Reino Unido se refirió a una contraofensiva ucraniana que había hecho retroceder a los rusos en el este.
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"Los contraataques ucranianos y el retroceso de las fuerzas rusas en sus líneas de suministro han permitido a Ucrania reocupar ciudades y posiciones defensivas hasta 35 kilómetros al este de Kiev", decía la actualización.
Volodímir Borysenko, alcalde de Borispol, un suburbio del este donde se encuentra el principal aeropuerto de Kiev, dijo que 20,000 civiles abandonaron la zona en respuesta a un llamado de desalojo para que las tropas ucranianas pudieran hacer retroceder a los rusos.
Las fuerzas ucranianas habían reconquistado un pueblo de manos de las tropas rusas el día anterior, entre Borispol y Brovary, y habrían seguido avanzando pero se habían detenido para no poner en peligro a los civiles, afirmó.
En el otro frente principal de las afueras de Kiev, al noroeste de la capital, las fuerzas ucranianas han intentado rodear a las tropas rusas en los suburbios adyacentes de Irpín, Bucha y Hostomel, reducidos a ruinas por los intensos combates de las últimas semanas.
En Bucha, a 25 kilómetros al noroeste de Kiev, un pequeño grupo de tropas ucranianas armadas con misiles antitanque estaba cavando trincheras. Andriy dijo a Reuters que se había alistado para defender la ciudad en cuanto comenzó la invasión.
"Le dije a mi mujer que agarrara a los niños y se escondiera en el sótano, y fui al puesto de reclutamiento y me alisté en mi unidad enseguida", dijo. "Mi mujer y mis hijos estuvieron bajo ocupación durante dos semanas, pero luego consiguieron escapar por un corredor humanitario".
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Rusia, incapaz de ocupar las ciudades recurre a bombardeos
Moscú califica sus acciones en Ucrania de "operación militar especial" para desarmar a su vecino. Kiev y sus aliados occidentales califican la guerra de agresión no provocada y dicen que el verdadero objetivo de Moscú es derrocar al gobierno de lo que el presidente Vladimir Putin considera un Estado ilegítimo.
Al no poder capturar las ciudades, Rusia ha recurrido a bombardeos de artillería y ataques aéreos. El más afectado ha sido el puerto oriental de Mariúpol, una ciudad de 400,000 habitantes sitiada desde los primeros días de la guerra.
Se cree que decenas de miles de personas siguen atrapadas en su interior sin acceso a alimentos, electricidad o calefacción, mientras la ciudad ha quedado reducida a ruinas.
El ayuntamiento dio por primera vez el viernes una cifra estimada de muertos por el bombardeo del teatro principal de la ciudad el 16 de marzo, diciendo que los testigos hablaban de 300 fallecidos entre los cientos de personas que se refugiaban en el sótano.
Naciones Unidas dijo que está investigando los informes sobre fosas comunes en Mariúpol, incluida una con al menos 200 personas. Ningún periodista independiente ha operado dentro del centro de la ciudad, en poder de los ucranianos, durante los últimos 10 días.
Tras asistir el jueves a una cumbre de emergencia de la OTAN y el G-7 en Bruselas, Biden visitará Polonia, que ha acogido a más de la mitad de los refugiados de Ucrania.
Occidente ha descartado intervenir sobre el terreno o responder a la petición ucraniana de una zona de exclusión aérea, pero ha apoyado a Kiev con cientos de armas antitanque y antiaéreas que han hecho estallar las columnas blindadas rusas y han impedido que Moscú tome el control del aire.
Un alto funcionario de la administración estadounidense dijo que Washington y sus aliados también están trabajando en el suministro de armas antibuque para proteger la costa de Ucrania. Las fuerzas ucranianas afirmaron el jueves haber volado un barco de desembarco ruso en un puerto ocupado por Rusia.
Funcionarios estadounidenses dijeron a Reuters que Rusia está sufriendo tasas de fallo de hasta el 60% en algunos de sus misiles guiados de precisión.