En abril, el subsecretario de Estado estadounidense Brian Nichols descartó invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas, al destacar que la cita se enfocará en los gobiernos "democráticos" del Hemisferio Occidental.
"Una Cumbre de las Américas que excluye a países americanos no será una Cumbre de las Américas plena y, de persistir la exclusión de pueblos hermanos, no participaré de la misma", escribió el jefe de Estado boliviano en su cuenta de Twitter.
Más allá de la tensión por la próxima cumbre, Bolivia y Estados Unidos se encuentran distanciados diplomáticamente hace más de una década por una acusación de injerencia estadounidense en asuntos internos del país andino.
Para el gobierno boliviano, el encuentro continental debe asumir el desafío de construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo, reto que no se materializará si se desconoce el pluralismo de los países americanos.
Por otra parte, según fuentes brasileñas con conocimiento del tema, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, un político de derecha que admira al expresidente estadounidense Donald Trump, tampoco viajaría a la cumbre de la ciudad de Los Ángeles, aunque no fueron explicitados los motivos.
Estados Unidos acogerá la Novena Cumbre de las Américas del 6 al 10 de junio.