Una de las hipótesis del investigador, según lo expuesto por el Japan Times, es que, dado que los infantes más pequeños no son elegibles para vacunas contra coronavirus, pueden tener más riesgo de contraer hepatitis grave tras una infección por adenovirus. Sobre todo, en los países más afectados por últimas olas de COVID-19.
El adenovirus es un tipo de virus que causa infecciones respiratorias o gastroenteritis. Es el principal agente sospechoso en las investigaciones de las autoridades sanitarias mundiales. No obstante, Nishiura precisó que aún falta establecer un vínculo causal entre las infecciones por Ómicron y el desencadenamiento de casos de hepatitis grave en niños.
“No podemos negar la posibilidad de que la infección con Ómicron tenga alguna relación con la aparición de hepatitis grave en los niños” y, por tanto, indicó que los gobiernos deben enfocarse en mitigar la propagación de la variante.
Hasta el momento, la Organización Mundial de la Salud ha informado que hay 348 casos probables de “hepatitis inexplicable” en niños de más de 20 países. El miércoles, la Secretaría de Salud de Nuevo León, en México, confirmó que ya hay cuatro casos de este padecimiento en cuatro pacientes de la entidad.
Los sistemas sanitarios de todo el mundo piden a su población estar atentos a los síntomas que se presentan en caso de hepatitis infantil.