El gobierno cubano culpó de las protestas a la intromisión de Estados Unidos.
Los funcionarios dijeron que no se ha tomado una decisión sobre si invitar a Cuba a la Cumbre de las Américas organizada por Estados Unidos, a pesar de las amenazas de México y otros de que no asistirán a menos que todos los países de las Américas estén invitados.
Críticas al interior de Estados Unidos
El presidente del comité de Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, de origen cubano, rechazó el anuncio de Biden solo unos minutos después de que se hiciera público.
Consideró que las medidas envían un "mensaje equivocado" al Gobierno del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y expresó especial preocupación por la reanudación de algunos tipos de viajes a la isla.
A juicio de Menéndez, esas visitas equivalen al turismo regular, que está oficialmente prohibido para los ciudadanos estadounidenses debido al embargo económico que pesa sobre la isla desde 1962.
"Seamos claros, aquellos que aún piensan que incrementar los viajes servirá para fomentar al democracia en Cuba están simplemente negándose a reconocer la realidad", afirmó Menéndez en un comunicado.
Los senadores republicanos, Marco Rubio, de Florida, y Ted Cruz, de Texas, ambos de origen cubano, también condenaron las medidas de Biden.
Los funcionarios de Biden han sido conscientes de que aliviar las restricciones sobre Cuba podría generar consecuencias políticas con los cubanoamericanos conservadores, un bloque electoral clave en el sur de Florida que en su mayoría respaldó las duras políticas del expresidente Trump.
Trump recortó el procesamiento de visas, restringió las remesas, redujo los vuelos a la isla y aumentó los obstáculos para los ciudadanos estadounidenses que buscan viajar a Cuba para algo que no sea visitas familiares.
Con información de EFE y Reuters