Para organizar este referéndum, Sturgeon, jefa del partido independentista SNP, debe obtener el acuerdo del gobierno británico, que se opone firmemente.
Los escoceses ya habían sido consultados sobre el tema en 2014 y habían votado al 55% para permanecer en el Reino Unido.
Basándose en esa votación el primer ministro británico, Boris Johnson, sostiene que un referéndum de este tipo sólo puede celebrarse "una vez por generación".
El SNP estima, sin embargo, que el brexit cambió la situación, ya que los escoceses se opusieron a él en 62%. El objetivo de este partido es que Escocia se adhiera a la Unión Europea como Estado independiente.
Nicola Sturgeon precisó que estaba dispuesta a negociar con Boris Johnson, pero advirtió que no permitiría que "la democracia escocesa sea prisionera de Boris Johnson o de cualquier otro primer ministro".
Antes de este discurso, Boris Johnson reiteró su compromiso con la unidad del reino.
"Sin duda creemos que nuestro plan para una economía más fuerte funciona mejor cuando el Reino Unido está unido que cuando no lo está", subrayó el líder conservador de la televisión británica al margen del G7 en Alemania.