El valle del Loira —patrimonio mundial de la Unesco, famoso por sus majestuosos castillos como Chambord, Chenonceau y Azay-le-Rideau— ya ha sufrido antes niveles de agua históricamente bajos, pero la sequía de este año debería ser una llamada de atención, según Eric Sauquet.
"Los afluentes del Loira están completamente secos. Es algo sin precedentes", afirmó Sauquet, jefe de hidrología del Instituto Nacional de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (INRAE). "Tenemos que preocuparnos por el Loira”.
Para los peces, el bajo nivel del agua es desastroso. Las aguas poco profundas pierden oxígeno al calentarse y los convierten en presa fácil de garzas y otros depredadores.
"Los peces necesitan agua para vivir, agua fresca. Cuando los niveles de agua bajan tanto, su entorno se reduce y quedan atrapados en los charcos", dijo Sauquet.
El caudal del río es de unos 40 metros cúbicos por segundo, menos de una vigésima parte de los niveles medios anuales. Sería aún más bajo si las autoridades no liberaran el agua de las presas de Naussac y Villerest, construidas en los años 80 en parte para garantizar el suministro de agua de refrigeración a cuatro centrales nucleares construidas a lo largo del río.
Las cuatro centrales, situadas en Belleville, Chinon, Dampierre y Saint-Laurent, tienen una capacidad combinada de 11.6 gigavatios, que representan casi una quinta parte de la producción eléctrica francesa.
Dado que varias centrales de EDF ya están fuera de servicio por razones técnicas y otras funcionan con una capacidad reducida debido al bajo nivel de las aguas del río, el cierre de una o varias centrales del Loira podría hacer subir los precios de la electricidad en toda Europa.
Con información de AFP y Reuters