El Congreso peruano aún debe entregar su venia final para adelantar las elecciones al 2024, después de la crisis que estalló por la destitución del exmandatario izquierdista Pedro Castillo, quien buscó ilegalmente disolver el legislativo y reorganizar el Poder Judicial.
En su intervención ante la OEA, Boluarte —antes vicepresidenta de Castillo— hizo un llamado a "la paz, el diálogo y la democracia" como el camino para resolver la crisis política que atraviesa Perú, donde se calculan más de 1,000 millones de dólares entre daños y pérdidas en producción.
La OEA expresó el miércoles su pleno apoyo a la presidencia de Boluarte, quien enfrenta férreos llamados a renunciar.
Los manifestantes también piden que las elecciones anticipadas se realicen de inmediato, no dentro de dos años, y que se libere a Castillo, un exgobernante que cuenta con un amplio respaldo de las regiones empobrecidas del sur del país.
Castillo, que trató de disolver el Congreso en diciembre cuando afrontaba un juicio político por acusaciones de incapacidad para gobernar y abuso de poder, ahora se encuentra detenido por acusaciones de "rebelión".
Los disturbios en Perú, el segundo mayor productor de cobre del mundo, han provocado el cierre de aeropuertos en ciudades importantes del interior y amenazan con interrumpir las faenas en yacimientos mineros clave.