Brigadistas y expertos internacionales comenzaron a sumarse el lunes a los trabajos de combate de los casi 300 incendios forestales que golpean la zona centro sur de Chile, y que ya han dejado 26 muertos y más de 1,100 viviendas destruidas.
Mientras cientos de damnificados en poblados agrícolas empiezan a levantarse después de perderlo todo, 275 focos siguen activos después de que las llamas hayan arrasado 270,000 hectáreas, en medio de unas temperaturas inusualmente altas para el sur del país.
Los incendios, que cobraron fuerza desde el jueves pasado, han dejado 26 fallecidos, 1,260 heridos, 3,000 personas sin hogar y 1,159 viviendas calcinadas, según el último informe del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).