Otras opciones
"La calle sigue en pie, que todo el mundo sepa que nos oponemos rotundamente a esta reforma. Y 'los sabios' no pueden cerrar los ojos ante esta movilización", apeló en declaraciones a EFE Thierry, quien, en caso de que la ley no sea censurada, guarda una última esperanza: un Referéndum de Iniciativa Popular (RIP).
Si para este RIP presentado por la izquierda los "sages" no encuentran peros constitucionales, se abriría la puerta a una nueva batalla de nueve meses que pasaría por conseguir apoyo del 10 % del cuerpo electoral (unas 4.87 millones de firmas) para que ese referéndum se celebrara.
A la espera de la decisión, ambas partes se proyectan ya más allá.
Macron anunció que propondrá una reunión a los actores sociales para ver cómo "seguir adelante", una iniciativa que la líder de la CGT, Sophie Binet, calificó este jueves de "broma".
Y los sindicatos estudian convocar protestas para el 1º de mayo e incluso una marcha gigante en París. El combate "está lejos de terminarse", advirtió el líder de la CFDT, Laurent Berger.
Más allá de la reforma que quiere ver en vigor en los próximos meses, el presidente francés, de 45 años, se juega poder aplicar su programa durante su segundo mandato hasta 2027.
Pero los sindicatos le advirtieron que su imposición provocó una "crisis democrática" y benefició a la ultraderechista Marine Le Pen, que sube en los sondeos.
"Yo siempre he votado, pero hoy ya no sé si votaré, porque ya no creo en la democracia", admitió Judith Roubertoux, una manifestante de 48 años y empleada en una estructura médico-social.
Incluso en Ouessant, una pequeña isla en el Atlántico frente a Brest, 180 personas salieron a la calle al grito de "¡Manu estás jodido, Ouessant a la calle ha salido!", constató un reportero de AFP.
Francia es uno de los países europeos donde la edad de jubilación es más baja, sin que los regímenes sean completamente comparables. El gobierno asegura que su reforma busca evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones.
Con información de AFP y EFE