"Sí, seguramente hay alguna voz disidente, pero ese no fue el objeto de esta cumbre y no fue lo que nos ocupó en esta cumbre y tampoco nos detuvo", dijo a periodistas.
El presidente de Brasil coincidió con esto. “No se pasó dos días discutiendo sobre Ucrania", dijo Lula en su conferencia del miércoles.
Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, se hizo eco de este punto, pero también dijo que Occidente tenía que entender las acusaciones de hipocresía en su postura sobre Ucrania.
"Históricamente hemos tenido muchas actividades de grandes potencias contra países más pequeños y pobres, países menos poderosos", afirmó, citando experiencias en América Latina y el Caribe.
"Cuando planteas ciertos principios de no injerencia en los asuntos internos, el uso de la fuerza y todo lo demás, te ignoran", dijo Gonsalves, cuyo país ostenta la presidencia de la CELAC.
"Sin embargo, algunos de esos mismos países son los que están planteando esos mismos principios en Ucrania", dijo. "Tenemos que deshacernos de la hipocresía”.
En un esfuerzo por abordar algunas de esas preocupaciones, la declaración afirmaba que el pasado de trata de esclavos de Europa infligió "sufrimientos indecibles" a millones de personas e insinuaba la necesidad de reparaciones por lo que describía como un "crimen contra la humanidad".