¿Por qué es considerada un riesgo para la democracia?
A los críticos les preocupa justo que las reformas pretendan frenar la independencia judicial.
“Las democracias sólidas se basan en todo un sistema de pesos y contrapesos”, escribe el historiador israelí Yuval Noah en un artículo para el diario Financial Times. “Pero Israel carece de una constitución, una Cámara Alta en el Parlamento, una estructura federal o cualquier otro control sobre el poder gubernamental excepto uno: la Corte Suprema”.
La reforma, de facto, debilitaría el poder del Tribunal Supremo.
Además, muchos de los detractores de la reforma temen que Israel quede profundamente dividido. El Tribunal Supremo ha defendido valores como la equidad de género y la protección de la población LGBTIQ frente a las restricciones de un gobierno religioso.
Los israelís laicos, liberales o de izquierda teme que su país esté pronto dominado por una derecha religiosa ultraortodoxa.
Además, hay otra razón que preocupa a los críticos de esta ley: el mismo Netanyahu. El primer ministro —el más longevo de la historia de Israel—, enfrenta tres cargos por corrupción desde 2020. Él se ha declarado inocente de todas las acusaciones, pero el proceso ha continuado.
Algunos advierten que el gobierno podría tener más libertad para remplazar a Gali Baharav-Miara, la fiscala general del país, y encargada del proceso a Netanyahu en el caso de corrupción, aunque le premier ha negado que busque intervenir en el juicio en su contra.