"A cada paso, Estados Unidos parece más aislado de la corriente principal de opinión de la ONU", afirmó Richard Gowan, director del Grupo Internacional de Crisis de la ONU.
Estados Unidos e Israel se oponen a un alto el fuego porque creen que solo beneficiaría a Hamás. En cambio, Washington apoya pausas en los combates para proteger a los civiles y permitir la liberación de los rehenes tomados por militantes palestinos en un mortífero ataque contra Israel el 7 de octubre.
El Consejo ya había tardado más de un mes después del inicio del conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás el 7 de octubre en lograr manifestarse con voz unánime, contentándose a mediados de noviembre, después de cuatro textos rechazados, con pedir "pausas" humanitarias en el área.
Muchos países y organizaciones de derechos humanos lamentaron el fracaso del viernes, incluido Guterres, quien el domingo consideró que afecta la imagen del Consejo de Seguridad, que ve su autoridad y credibilidad "comprometidas".
Más de dos meses después del sangriento ataque sin precedentes perpetrado por Hamás en suelo israelí el 7 de octubre, Israel continúa bombardeando incesantemente la Franja de Gaza, controlada por el movimiento palestino, y lleva a cabo allí una ofensiva terrestre.
La ONU sigue advirtiendo de la catastrófica situación en Gaza, donde el sistema humanitario está "al límite" debido a los ataques israelíes.
"Algunos no ven la realidad tal como es. Pero al final, cederán bajo la presión masiva de la humanidad, de un extremo al otro del mundo", denunció el viernes el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, tras el veto estadounidense.