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La islamofobia y el antisemitismo ponen a prueba a las universidades de EU

Siete de las más prestigiosas institutciones educativas de Estados Unidos está en la mira por manifestaciones consideradas discriminatorias por las comunidades judías y musulmanas.
mié 13 diciembre 2023 05:04 AM
Los manifestantes se reúnen bajo la estatua de John Harvard en apoyo de los estudiantes que participan en una sentada dentro del University Hall organizada por un colectivo de estudiantes llamado Harvard Judíos por Palestina, en medio del actual conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas, en la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, EE.UU., 16 de noviembre de 2023. REUTERS/Brian Snyder
Tierra de activismo, los campus universitarios estadounidenses han sido objeto de numerosas controversias en torno al conflicto, incluso en la prestigiosa Harvard.

La guerra entre Israel y Hamás, además de provocar un alto costo de vidas y material en la Franja de Gaza y en el sur de Israel, también ha causado una gran polarización en el mundo. Las universidades más prestigiosas de Estados Unidos son un ejemplo claro de ello, pues han sido escenario de discursos calificados como antisemitas o islamófobos por las comunidades judías y musulmanas en este país.

Las protestas estudiantiles a favor de Israel o en apoyo a Palestina, e incluso las declaraciones de los directivos de algunas universidades estadounidenses están bajo el escrutinio del gobierno.

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El Departamento de Educación de Estados Unidos dijo el 17 de noviembre que siete instituciones, incluido un grupo estudiantil en el estado de Kansas, son objeto de lo que constituye la primera tanda de investigaciones de este tipo que las autoridades educativas realizan desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás, el 7 de octubre.

Cinco investigaciones se refieren a acusaciones de "acoso antisemita" y otras dos a "acoso islamófobo", precisó el Departamento de Educación en un comunicado.

"El odio no tiene cabida en nuestras universidades, punto", afirmó el secretario de Educación, Miguel Cardona, en la nota de prensa.

Tres instituciones de élite de la costa este de Estados Unidos –las universidades de Columbia, Cornell y Pensilvania– están especialmente preocupadas por el asunto, subrayó el Departamento.

Las universidades "deben actuar para garantizar entornos educativos seguros e inclusivos, donde todos sean libres de aprender", y donde los estudiantes "estén protegidos del odio y la discriminación".

Estas investigaciones de las autoridades, basadas en la legislación contra la discriminación adoptada durante el movimiento por los derechos civiles en los años 1960, pueden conducir al recorte de los subsidios federales recibidos por los establecimientos, o incluso derivar en una investigación penal.

Del activismo a los ataques antisemitas

Tierra de activismo, los campus universitarios estadounidenses han sido objeto de numerosas controversias en torno al conflicto, incluso en la prestigiosa Harvard, donde un comunicado de prensa propalestino firmado por asociaciones de estudiantes provocó la indignación en líderes políticos, algunos de los cuales los acusaron de antisemitismo.

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En la universidad de Columbia, dos asociaciones de estudiantes que pedían un alto el fuego en Gaza fueron suspendidas por la universidad, acusadas de haber pronunciado "discursos amenazantes e intimidaciones".

El 14 de noviembre, la Universidad de Nueva York fue demandada por tres estudiantes judíos que acusaron a esa escuela de tolerar el antisemitismo generalizado, incluso permitiendo cánticos como "gas a los judíos" y "Hitler tenía razón".

La NYU dijo que se tomaba el antisemitismo "extremadamente en serio" y que impugnaría la demanda ante los tribunales.

La Universidad de California en Berkeley fue demandada el 28 de noviembre por grupos judíos que afirman que se ha convertido en un foco de antisemitismo "incontrolado", incluso en su elitista facultad de Derecho.

Según una demanda presentada por el Centro Louis D. Brandeis, organización sin ánimo de lucro, la dirección de la UC Berkeley hace la vista gorda ante el prolongado problema del antisemitismo en el campus, incluso después de las muestras de acoso y violencia física frente judíos tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre.

La denuncia presentada ante un tribunal federal de San Francisco es una de las primeras frente una universidad importante desde que la guerra entre Israel y Hamás desencadenó protestas en muchos campus universitarios.

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En ella se describe cómo dos manifestantes golpearon con una botella de agua metálica la cabeza de un estudiante judío cubierto con una bandera israelí y cómo un miembro del profesorado interrumpió una clase para 1,000 estudiantes de primer año para despotricar durante 18 minutos frente Israel.

La denuncia también afirmaba que "no menos" de 23 grupos de la Facultad de Derecho tienen políticas antijudías. Entre ellas, se exige que los oradores invitados repudien el sionismo y que los estudiantes judíos que deseen prestar servicios jurídicos gratuitos reciban formación sobre "Palestina 101", que hace hincapié en la supuesta ilegitimidad de Israel.

En un comunicado, la Universidad de Berkeley afirmó que lleva mucho tiempo comprometida con la lucha frente el antisemitismo y que, aunque no puede censurar los discursos ofensivos, reconoce que algunas manifestaciones han resultado "molestas y aterradoras" para los estudiantes judíos.

"Si bien apreciamos las preocupaciones expresadas por el Centro Brandeis, la UC Berkeley cree que las afirmaciones hechas en la demanda no son coherentes con la Primera Enmienda de la Constitución, o con los hechos de lo que realmente está sucediendo en nuestro campus", dijo la universidad.

Un "cáncer" para la educación superior en EU

El presidente del memorial de la Shoah en Israel comparó el domingo el antisemitismo en las universidades estadounidenses a un "cáncer" que "arruinará" la enseñanza superior en Estados Unidos "si las medidas necesarias no se toman ahora".

"Se trata de un proceso canceroso", declaró Dani Dayan en entrevista acordada a AFP en el instituto internacional para la memoria de la Shoah Yad Vashem, en Jerusalén.

Es muy inquietante que el epicentro del antisemitismo en Estados Unidos esté ahora en los campus universitarios y en particular en los establecimientos más elitistas que se supone preparan a los futuros dirigentes de Estados Unidos", dijo Dani Dayan.

El Congreso de Estados Unidos anunció el jueves que abrirá una investigación sobre la gestión de tres prestigiosas universidades, entre ellas la de Harvard, que han incurrido en lo que califica de "antisemitismo endémico" en sus campus.

Los presidentes de las universidades de Harvard, de Pensilvania y de Instituto de Tecnología de Massachusetts están bajo críticas desde una audiencia sobre el tema en el Capitolio el martes.

Los donantes les han pedido que condenen claramente las manifestaciones de estudiantes propalestinos.

Todos los presidentes se negaron a dar una respuesta simple de "sí" o "no", señalando que la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos y las políticas universitarias protegen una amplia gama de expresiones de odio.

En la audiencia, una representante republicana convirtió los llamados de algunos estudiantes a la "intifada" (un término referido a la primera revuelta palestina contra un ocupante israelí) en una exhortación a cometer "un genocidio contra los judíos en Israel y en el mundo".

Sin estar convencida de los argumentos contra Claudine Gay, presidenta de la Universidad de Harvard, que defendió la libertad de expresión en el campus, la diputada Elise Stefanik exigió su dimisión.

Desde entonces, el llamado ha sido transmitido por varios políticos influyentes en Estados Unidos.

Otro extracto de la audiencia, en el que los tres presidentes no responden concretamente a la pregunta de si "llamar al genocidio de los judíos viola el código de conducta" de sus universidades, también se difundió en bucle en las grandes cadenas de noticias estadounidenses.

El jueves, el comité de educación de la Cámara de Representantes consideró "inaceptables" las respuestas de los presidentes de las universidades a lo que llamaron "antisemitismo endémico" en los campus.

"Los miembros de la comisión están profundamente preocupados por su gobierno y su incapacidad para tomar medidas que ofrezcan a los estudiantes judíos el entorno educativo seguro al que tienen derecho", dijo el grupo, que está en manos de los republicanos.

Por lo tanto, se ha abierto una investigación para identificar las "fallas individuales e institucionales" de estas instituciones académicas de élite.

La investigación podría ampliarse a otras universidades, según el comunicado.

Un portavoz del MIT dijo que la universidad rechazaba el antisemitismo en todas sus formas y que colaboraría con el comité para responder a sus preguntas.

Asimismo, un portavoz de Harvard dijo que la universidad tenía "el más alto compromiso" de combatir el antisemitismo y "espera compartir información con el Comité a medida que avanza en su investigación".

Renuncias y presiones

La presidenta de la Universidad de Pensilvania, Elizabeth Magill, "presentó voluntariamente su renuncia", anunció el presidente de la junta directiva de la universidad, Scott Bok. Bok renunció también, según el periódico estudiantil del campus.

Magill fue una de los tres presidentes de universidades de élite que enfrentaron feroces críticas por su testimonio el martes durante una audiencia en el Congreso sobre antisemitismo en el campus. Sus declaraciones evasivas le valieron múltiples críticas.

El gobernador demócrata de Pensilvania calificó su desempeño de "absolutamente vergonzoso", y un donante importante dijo que rescindiría una donación de 100 millones de dólares a la Escuela de Negocios Wharton de la universidad.

Bok, que dirigía el consejo de administración de la universidad, un organismo que maneja los principales asuntos de gobernanza, dijo que Magill cometió "un error muy desafortunado" al anunciar su partida.

Al tiempo, dijo que su propia renuncia era "efectiva inmediatamente".

En la nota de Bok al campus, dijo que Magill permanecería en su puesto hasta que se designe un presidente interino y permanecería en el profesorado de la facultad de derecho de la universidad.

La directora de Harvard, Claudine Gay, también recibió presión para renunciar tras sus declaraciones ante el congreso, pero ella permanecerá en su cargo gracias al apoyo de un órgano superior de la institución.

"Mucha gente ha sufrido tremendos daños y sufrimiento debido al brutal ataque terrorista de Hamás, y la declaración inicial de la Universidad debería haber sido una condena inmediata, directa e inequívoca", consideró la corporación.

"Los llamados a un genocidio son despreciables y contrarios a los valores humanos fundamentales (...) La presidenta Gay se ha disculpado por la forma en que manejó su testimonio en el Congreso", añadió el órgano.

Desde su inicio, el conflicto atizó pasiones en renombradas universidades de Estados Unidos, como Harvard, UPenn (Filadelfia) y Columbia (Nueva York), donde dos grupos de estudiantes propalestinos han sido suspendidos.

La presión sobre Gay aumentó desde el sábado, tras la renuncia de la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Elizabeth Magill.

Gay, primera mujer negra al frente de Harvard, tenía el apoyo de 700 profesores, que criticaron cómo se gestionó la crisis, pero pidieron resistir a las "presiones políticas".

Tras sus declaraciones iniciales, Gay se vio obligada a aclarar sus comentarios.

"Algunos han confundido el derecho a la libertad de expresión con la idea de que Harvard toleraría los llamamientos a la violencia contra los estudiantes judíos. Quiero ser clara: los llamamientos a la violencia o al genocidio contra la comunidad judía, o contra cualquier otro grupo étnico o religioso, son despreciables", subrayó en un comunicado.

Con información de AFP y Reuters

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