La directora de Harvard, Claudine Gay, también recibió presión para renunciar tras sus declaraciones ante el congreso, pero ella permanecerá en su cargo gracias al apoyo de un órgano superior de la institución.
"Mucha gente ha sufrido tremendos daños y sufrimiento debido al brutal ataque terrorista de Hamás, y la declaración inicial de la Universidad debería haber sido una condena inmediata, directa e inequívoca", consideró la corporación.
"Los llamados a un genocidio son despreciables y contrarios a los valores humanos fundamentales (...) La presidenta Gay se ha disculpado por la forma en que manejó su testimonio en el Congreso", añadió el órgano.
Desde su inicio, el conflicto atizó pasiones en renombradas universidades de Estados Unidos, como Harvard, UPenn (Filadelfia) y Columbia (Nueva York), donde dos grupos de estudiantes propalestinos han sido suspendidos.
La presión sobre Gay aumentó desde el sábado, tras la renuncia de la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Elizabeth Magill.
Gay, primera mujer negra al frente de Harvard, tenía el apoyo de 700 profesores, que criticaron cómo se gestionó la crisis, pero pidieron resistir a las "presiones políticas".
Tras sus declaraciones iniciales, Gay se vio obligada a aclarar sus comentarios.
"Algunos han confundido el derecho a la libertad de expresión con la idea de que Harvard toleraría los llamamientos a la violencia contra los estudiantes judíos. Quiero ser clara: los llamamientos a la violencia o al genocidio contra la comunidad judía, o contra cualquier otro grupo étnico o religioso, son despreciables", subrayó en un comunicado.
Con información de AFP y Reuters