¿Qué sigue?
Los dos países están ahora "en la máxima posibilidad de verse arrastrados a un conflicto armado", dijo Choi Gi-il, profesor de estudios militares en la Universidad Sangji.
"Supongamos que se dan víctimas civiles y militares en una futura provocación del Norte. Atacamos el punto de origen con misiles. ¿Pero también los atacamos con nuestra fuerza aérea?", inquirió.
En 2010, cuando Pyongyang bombardeó una remota isla fronteriza en Yeonpyeong y mató a cuatro personas, los aviones de combate F-16 de Seúl estaban "en el aire listos para atacar, pero el entonces presidente Lee Myung-bak lo canceló" para evitar una escalada.
"Si tenemos un incidente similar, no hay garantía de que no se usará la potencia aérea ante estas llamadas belicistas" de la administración surcoreana, agregó.
Y la réplica del Norte podría llevar la península a "una guerra total en el peor de los casos”.
¿Hay posibilidades de reconciliación?
Las perspectivas de una reconciliación coreana siempre han sido sombrías, pero ahora todavía más después de que Kim declarara a Seúl como su enemigo número uno, apuntó Soo Kim, antigua analista de la CIA y ahora en la firma LMI Consulting.
"No solo ha cerrado la puerta al acercamiento, le ha puesto un candado para dejar claro a los surcoreanos dónde se encuentra su relación", dijo a la AFP.
Pero esta nueva retórica no necesariamente "cambia los cálculos de Corea del Norte", agregó.
Pyongyang lleva tiempo desarrollando misiles y armas nucleares y Kim está esperando el momento oportuno para realizar un séptimo ensayo nuclear.
"Estas armas no se desarrollan del día a la noche y los planes del régimen de Kim de usarlas como herramienta de coerción, amenazas y negociación ha sido su modo de operar durante décadas", argumentó.
Con información de AFP y Reuters