El paquete legislativo permite restringir el flujo de migrantes en la frontera y favorece las expulsiones aceleradas, además de endurecer el estándar de las llamadas entrevistas de miedo creíble para solicitar asilo.
"Algunos han sido muy claros conmigo en que tienen diferencias políticas con el proyecto de ley", dijo el senador republicano James Lankford, uno de los negociadores. "Dicen que es el momento equivocado para resolver el problema, que dejemos que las elecciones presidenciales resuelvan el problema”.
La senadora independiente Kyrsten Sinema, otra de las autoras del acuerdo, dijo estar desconcertada por el repentino cambio. "Hace tres semanas, todo el mundo quería resolver la crisis fronteriza", dijo. "Ayer, nadie lo hizo".
Después de la votación en el Senado, lo más probable es que el tema migratorio quede de lado en el Congreso, aunque seguirá muy presente durante la campaña para las presidenciales, que podría disputarse de nuevo entre Biden y Trump.
El voto en contra de los republicanos llegó un día después de que sufrieran una humillación en la Cámara de Representantes, donde no obtuvieron los votos suficientes para iniciar un juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, por presuntamente no tomar acción para detener la crisis migratoria.
Algunos republicanos votaron en contra con los demócratas, pero lo que realmente marcó la diferencia fue la llegada inesperada de un congresista.
En plena votación el demócrata Al Green llegó en silla de ruedas, descalzo y vestido con la ropa de hospital, pese a hallarse convaleciente de una operación de abdomen, para expresar su apoyo a Mayorkas.
Su segunda sonada derrota se produjo en otra votación.
Los conservadores intentaron aprobar una ayuda de 17,600 millones de dólares para Israel por separado, desligándola del paquete que incluye los fondos para Ucrania y la seguridad fronteriza. En vano.
"Lo que pasó aquí fue un desastre", declaró a periodistas el presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson, un aliado de Trump.
"La nación está dividida (...) el abismo entre los dos partidos ahora mismo es más grande que nunca", añadió.