En medio de la guerra de Ucrania, el conflicto más mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, Putin, de 71 años, domina el panorama político ruso y ninguno de los otros tres candidatos en las papeletas supone un reto.
En Moscú, Crimea y la región caucásica de Karacháyevo-Cherkesia se vertieron tintes en las urnas, según medios de comunicación rusos, en aparentes protestas contra el Kremlin.
Las imágenes de videovigilancia de un incidente de vertido de tinta mostraron a una joven depositando su papeleta de voto antes de verter tranquilamente un líquido verde en la urna. Un policía la detuvo inmediatamente después.
En un colegio electoral de San Petersburgo se lanzó un cóctel molotov y se detuvo a una mujer de 21 años, informó el sitio de noticias Fontanka. Hubo intentos de incendio en colegios electorales de Moscú y Siberia.
La jefa de la comisión electoral rusa, Ella Pamfilova, dijo que los autores de tales actos se enfrentaban a penas de hasta cinco años de prisión, y sugirió que habían sido pagados por quienes pretendían perturbar la votación.
"Escuchen todos con atención", dijo Pamfilova, antes de exponer el artículo del Código Penal que trata de la perturbación del trabajo de las comisiones electorales.
"Especialmente para todos los cabrones que están dispuestos a destruir los votos del pueblo por estas piezas de plata", dijo Pamfilova, según la agencia estatal de noticias TASS.
A las 1420 GMT, la participación en todo el país era alta, en torno al 24.6%. La demanda de voto electrónico era tan alta que el sistema estaba sobrecargado.
El Kremlin afirma que Putin, en el poder como presidente o primer ministro desde el último día de 1999, ganará porque cuenta con un amplio apoyo para rescatar a Rusia del caos postsoviético y hacer frente a lo que considera un Occidente arrogante y hostil.