Inflación y política monetaria restrictiva
Entre 2021 y 2022 el mundo vivió el encarecimiento de productos y servicios, a medida que las actividades se normalizaban tras el paro que provocó la pandemia. Ante esta situación, los bancos centrales comenzaron a elevar sus tasas de interés para tratar de controlar la inflación y de llevarla a su objetivo.
En México, la inflación de diciembre de 2020 a agosto de 2022 subió de 3.15% a 8.70%, la más alta en dos décadas, lo que llevó al banco central a subir la tasa de referencia hasta 11.25% desde el 4% de febrero de 2021.
En 2021 el peso tuvo una apreciación de 7% frente al dólar, con un máximo de 21.833 pesos por unidad y un mínimo de 19.616, favorecido porque Banco de México comenzó antes que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos a subir la tasa de referencia.
El 2022 no fue un buen año para el peso, pues registró una depreciación de 10%, tocando un máximo de 21.375 y un mínimo de 19.236.
Ese año el banco central estadounidense comenzó con alzas agresivas en la tasa de interés de referencia, dejándola entre 5.25 y 5.50%, reduciendo el diferencial con Banxico.
Además, ese año, en febrero, inició la invasión de Rusia a Ucrania, provocando una nueva disrupción en la cadena de suministro de granos.
El súper peso
Aunque desde el 21 de octubre de 2022 el tipo de cambio rompió la barrera de los 20 pesos por dólar, en julio de 2023, el tipo de cambio se ubicó en 16.6726 pesos por dólar, el nivel más bajo en lo que va del sexenio.
Entre diciembre de 2022 y diciembre de 2023 el peso registró una apreciación de 9%. Sin embargo, Durante el año pasado, el peso tuvo una apreciación anual de 13%. “Algo nunca visto desde que México tiene un régimen cambiario de libre flotación -diciembre de 1994”, subrayó Siller.
La apreciación del peso el año pasado se basó en tres factores, detalló Siller: 1) mayor llegada de divisas, vía remesas, exportaciones e inversión extranjera directa; 2) la política restrictiva de Banxico; y 3) la oportunidad que representa el nearshoring para México, con lo que llega una mayor oferta de dólares.
Un peso fuerte, por un lado, es conveniente para el sector importador, pues compran más barato; sin embargo, los exportadores y quienes reciben remesas no ven con buenos ojos la apreciación del peso ante el dólar.
2024
En lo que va del año, el tipo de cambio se ha mantenido estable y no ha tenido tanta volatilidad, a pesar de ser un año electoral. El peso se ha mantenido estable alrededor de 17.05 pesos.
En los dos primeros meses del año se ha visto cierta estabilidad, producto de la confianza que hay por la llegada de dólares al país, vía nearshoring, coincidieron Quiroz y Siller.
Para este año, además de las elecciones en México y Estados Unidos, y la posibilidad del regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se espera que tanto la Fed como Banxico inicien a bajar sus tasas de interés.
El mercado anticipa que el tipo de cambio cerrará 2024 alrededor de 18.50 pesos por dólar.