La mayoría de las encuestas coincide en que ocho de cada 10 venezolanos quiere un cambio, y ubican a Maduro con una popularidad de entre 15% y 20%. Dividir el voto opositor es clave para sellar una victoria.
"Maduro sabe que él pierde frente a cualquier candidato opositor que logre la unidad y levante los ánimos de participación ciudadana", explicó a la AFP el analista político Yoel Lugo. "El peor escenario para la oposición es mantener el tono de crispación interna (...) aunado con la división y desmoralización del voto".
Además de Maduro y Rosales, se postuló el exrector electoral Enrique Márquez, que integró la PUD pero ahora se dice independiente, junto a otros nueve candidatos que se presentan como antichavistas, aunque tachados por la oposición tradicional de "alacranes", término usado en Venezuela para nombrar a "colaboracionistas" del partido de gobierno.
El CNE tiene ahora la última palabra tras los lapsos para impugnaciones. Debe aprobar las candidaturas y Amoroso anunció que este martes se informará el balance de las postulaciones recibidas.
Brasil y Colombia manifestaron "preocupación" el martes por el desarrollo del proceso electoral venezolano, lo mismo que Estados Unidos que exhortó a que el gobierno "reconozca y respete el derecho de todos los candidatos a presentarse".
El canciller uruguayo, Omar Paganini, advirtió por su parte que las trabas reportadas indican que el país "se consolida como dictadura".
Maduro denunció que dos hombres armados a los que vinculó al partido de Machado, Vente Venezuela, fueron detenidos en la concentración del chavismo y acusados por terrorismo y tentativa de magnicidio.
Siete dirigentes del partido han sido arrestados en los últimos días y el Ministerio Público emitió órdenes de captura contra otros siete.
Con información de AFP y Reuters