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La presión contra Netanyahu crece dentro y fuera de Israel

El ataque contra un convoy de World Central Kitchen y el poco avance en las negociaciones de un alto al fuego aumentan las tensiones para el primer ministro.
jue 04 abril 2024 01:43 PM
Un manifestante sostiene un cartel con una imagen del rostro del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con una huella de una mano roja, mientras la gente exige el derrocamiento de Netanyahu, tras el mortal ataque del 7 de octubre contra Israel por parte del grupo islamista palestino Hamas y la guerra subsiguiente. en Gaza, en una manifestación en Jerusalén, el 1 de abril de 2024.
Dentro de Israel, cada semana se celebran protestas multitudinarias en ciudades como Tel Aviv y Jerusalén contra Netanyahu.

Un ataque contra un convoy de la organización humanitaria World Central Kitchen (WCK), que provocó la muerte de sus siete trabajadores, así como los pocos avances en las negociaciones que lleven a la liberación de los rehenes israelíes en Gaza, han provocado que la presión contra el primer ministro Benjamin Netanyahu aumente cada vez más.

Aliados de Israel, como Estados Unidos, han elevado su tono contra la manera en la que el liderazgo israelí lleva la guerra en Gaza, que se inició como represalia de los ataques de la organización Hamás contra Israel del 7 de octubre de 2023.

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Dentro de Israel, cada semana se celebran protestas multitudinarias en ciudades como Tel Aviv y Jerusalén, en las que va creciendo el reclamo de llamar a elecciones adelantadas para sustituir el gobierno de Netanyahu, que en esta administración de alió a la extrema derecha.

Más presión del exterior

Una muestra de la mayor presión que Netanyahu está recibiendo desde el exterior es la llamada que sostuvo la mañana de este jueves con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El mandatario estadounidense dijo al primer ministro del Israel que el apoyo de su país depende del “anuncio e implementación de una serie de pasos específicos, concretos y medibles para evitar el daño a civiles, el sufrimiento humanitario y garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios”, de acuerdo con un comunicado de la llamada publicada por la Casa Blanca.

El presidente "dejó claro que la política de los Estados Unidos con respecto a Gaza estará determinada por nuestra evaluación de la acción inmediata de Israel en estos pasos", agregó.

"Sí, ha habido una creciente frustración", dijo a los periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, tras la llamada.

Biden estimó el martes que Israel "no hizo lo suficiente para proteger a quienes intentan repartir la ayuda que los civiles necesitan desesperadamente".

Biden y Netanyahu habían hablado por última vez el 18 de marzo, en un contexto ya difícil debido a la degradación de la situación humanitaria en la Franja de Gaza, asediada y al borde de la hambruna, donde 33,037 palestinos han muerto en seis meses de guerra, según el último balance de Hamás.

Las relaciones entre los dos aliados se tensaron desde que Washington permitió el voto en el Consejo de Seguridad de la ONU a finales de marzo de una resolución a un "alto el fuego inmediato", que no obstante todavía no ha tenido efecto en el terreno.

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El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, expresó el miércoles a su homólogo israelí, Yoav Gallant, su "indignación" por la muerte de los cooperantes, según el Pentágono.

Austin también señaló la necesidad de tomar medidas "inmediatas" y "concretas" para proteger a los trabajadores humanitarios y los civiles palestinos en Gaza, sobre todo en el norte del territorio.

La muerte de los cooperantes "reforzó las preocupaciones" sobre una posible operación militar israelí en Rafah, en el sur del enclave, junto a la frontera cerrada de Egipto.

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, consideró el miércoles "absolutamente inaceptables" las explicaciones israelíes sobre la muerte de los trabajadores de WCK, fundada por el chef español José Andrés.

Los cadáveres de los seis cooperantes de la ONG estadounidense World Central Kitchen (WCK) —tres británicos, una australiana, un polaco y un canado-estadounidense— fueron entregados a diplomáticos en Egipto, para ser repatriados a sus respectivos países. La séptima víctima, palestina, fue enterrada en Rafah.

Israel asumió la responsabilidad del bombardeo del lunes en Deir al Balah, en el centro de la Franja de Gaza, pero el jefe de Estado Mayor, Herzi Halevi, aseguró que se trató de un "grave error" que se produjo "tras una identificación errónea (...) en condiciones muy complejas".

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El presidente israelí, Isaac Herzog, pidió "disculpas" y el primer ministro ultranacionalista Benjamin Netanyahu dijo que se trató de un "trágico incidente".

Pedro Sánchez consideró esas explicaciones "absolutamente inaceptables" e "insuficientes".

Sánchez, actualmente de gira por tres países de la región, afirmó esperar "una aclaración mucho más pormenorizada, mucho más detallada de cuáles han sido las causas (...), teniendo en cuenta además que, por lo que se conoce hasta ahora, el gobierno israelí sabía de la acción y del itinerario de esta ONG sobre el terreno en Gaza".

Sus declaraciones incrementan la presión sobre Israel por parte de organizaciones internacionales e incluso de sus propios aliados para garantizar la protección de la población civil en la ofensiva que lanzó contra Hamás, en el poder en Gaza, desde la letal incursión de milicianos islamistas en su territorio, el 7 de octubre.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, llamó a Netanyahu y le expresó su "ira y preocupación" por el ataque del lunes; y la cancillería polaca convocó al embajador de Israel en Varsovia para hablar de "responsabilidad moral, política y financiera" tras el ataque.

La ONU afirmó que el ataque fue un "resultado inevitable de la forma en que se lleva a cabo actualmente esta guerra”.

De acuerdo con Human Rights Watch (HRW), el ataque "presenta las características de un bombardeo aéreo de precisión, lo que indica que el ejército israelí tenía intención de alcanzar a esos vehículos".

WCK, fundada por el conocido chef español José Andrés, con nacionalidad también estadounidense, dijo estar de luto por la pérdida de estos siete "héroes", en un "ataque dirigido", con un blanco designado, lanzado a pesar de que el grupo había coordinado sus movimientos con las fuerzas israelíes.

La organización suspendió sus operaciones de entrega de comida y un barco procedente de Chipre que ya estaba cerca de las costas gazatíes con unas 240 toneladas de víveres dio media vuelta sin descargar.

Según la ONU, la guerra dejó a los cerca de 2.4 millones de habitantes de la Franja de Gaza al borde de la hambruna.

Llamados a nuevas elecciones

A nivel interno también se redobló la presión sobre Netanyahu. El ministro Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra y principal rival del primer ministro, abogó por la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas en septiembre.

El Likud, el partido de Netanyahu, rechazó la propuesta, asegurando que esto conduciría "a una parálisis" en el país y "afectaría a los combates". Según las últimas encuestas de opinión, si se celebraran elecciones actualmente, Gantz derrotaría a Netanyahu por amplio margen.

La guerra en Gaza estalló el 7 de octubre tras un ataque de los milicianos de Hamás en Israel que dejó 1,170 muertos, la mayoría civiles, de acuerdo un recuento con base a datos israelíes.

Los comandos islamistas también capturaron a unos 250 rehenes, de los cuales unos 130 continúan en Gaza, incluidos 34 que habrían fallecido, según Israel.

En represalia, Israel prometió "aniquilar" a Hamás, y su ofensiva en Gaza ha provocado hasta ahora 32,975 muertos, según el último balance del Ministerio de Salud del territorio, gobernado por Hamás desde 2007.

El ejército israelí prosiguió las operaciones en el sector del hospital Al Amal, en Jan Yunis, en el sur de Gaza, y aseguró que sus fuerzas "mataron y capturaron a cierto número de terroristas" y encontraron "muchas armas".

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU examinará el viernes un proyecto de resolución para imponer un embargo de armas a Israel, mencionando "el riesgo de un genocidio en Gaza".

En el frente de las negociaciones sobre una tregua, el jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, acusó este miércoles a Israel de estar dando rodeos. El martes, la oficina de Netanyahu indicó que una delegación suya había regresado de una ronda de negociaciones en El Cairo, pero un dirigente de Hamás lo desmintió.

Según Qatar, uno de los mediadores en las tratativas, el el retorno de los palestinos desplazados por la guerra es el principal obstáculo para lograr un cese el fuego.

Con información de AFP

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